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La información que recabes al momento de hacer tacto es fundamental para el productor ganadero. Te contamos qué datos podés obtener para valorizar tu trabajo frente a tus clientes.

En la ganadería de cría, el momento de la realización de los tactos es fundamental ya que, a partir de los resultados que arroje esta actividad, es posible tener un panorama de lo que será toda la campaña. 

Por eso también es un excelente momento para hacer gestión y mostrar la importancia de contar con un veterinario que sepa relevar información e interpretarla en favor del desarrollo de la actividad.

Gestionar información relevante para tu cliente te permitirá posicionarte ante la competencia y diferenciarte a partir de la calidad de tus servicios. ¿Tenés en cuenta qué informes podés entregar cuando hacés un trabajo para un productor ganadero?

En esta nota compartimos tres cálculos que se pueden realizar a partir del tacto que serán útiles tanto para calcular la eficiencia reproductiva como para aportar números que ayudarán a gestionar de forma eficaz el resto del año.

Índice de preñez: Una vez que está clara la proporción de vacas que resultaron preñadas durante el ciclo, se obtendrá un índice con el que se podrá evaluar el trabajo productivo realizado el año anterior y detectar puntos de mejora. 

Rentabilidad: Del índice de preñez se desprende automáticamente la rentabilidad estimada, y en consecuencia, la eficiencia de la gestión del establecimiento. Con el índice de preñez se puede estimar el índice de destete, lo que arrojará la cantidad de terneros que se venderán y, en consecuencia, la rentabilidad estimada. 

Flujo de caja: Otra de las claves del tacto es que permite calcular el porcentaje de vacas vacías. Esto es importante para la gestión puesto que si se suman las vacas vacías al cálculo de la venta de terneros de la campaña anterior, se podrá tener claridad sobre flujo de caja durante el primer semestre del año, lo que va a despejar el camino, es decir, se obtendrá el cash flow ganadero. 

Fuente: Grupo cencerro
www.grupocencerro.com

Ese es el trabajo de Sabrina Fuente, con quien dialogamos para conocer más en profundidad las particularidades de esta forma de ejercer la profesión. El crecimiento de la demanda, la responsabilidad ecológica y los raros entre los raros fueron parte del intercambio.

Guadalupe Varelli

Sabrina Fuente tiene mil historias para contar. Se especializa en animales no convencionales y ha visto gente conviviendo con ratas, teros, comadrejas y hasta murciélagos de compañía. Desestructurada, atenta y dedicada, Sabrina habla de su experiencia profesional, del auge de las visitas a domicilio, y sobre cómo es ser una veterinaria móvil. ¿Dejar zonas sin cubrir? Ni en sueños: apelando a la tecnología, atiende emergencias y consultas desde muy lejos, si bien cree que lo mejor es tratar al paciente en su propia casa. Algunas veces se han presentado animales complicados, pero nada la frena…a menos que sea un puma.

Compartimos a continuación los momentos destacados de la entrevista realizada el año pasado por Facundo Sonatti en MOTIVAR Live.

MIRÁ ACÁ LA ENTREVISTA COMPLETA

 

Revista 2+2: ¿Cómo llegaste a ser veterinaria de animales no convencionales?

Desde chica me interesaba la medicina en general, y en particular la parte animal, me gustaba la variedad de tantas anatomías diferentes. Y con el correr del tiempo mi interés iba aumentando más allá de los caninos y felinos. En ese momento, hace muchos años, no existía el acceso a la información que hay ahora así que era más difícil investigar. Sin dudas esto es una vocación porque requiere una gran voluntad.

¿Qué son los animales no convencionales y en qué se diferencian de los exóticos?

Es un concepto que abarca mucho. Son todos los animales de compañía que no son perros ni gatos. Los más comunes son las aves, son súper frecuentes las palomas, las torcazas, incluso los teros de campo que a veces la gente los agarra y se los lleva sin motivos puntuales. También roedores, marsupiales, reptiles y ahora se pusieron muy de moda los mini pig, que fueron un boom en la pandemia.

Los animales exóticos, por otro lado, son los que no son propios del lugar. También están los autóctonos, que no son domésticos, pertenecen a la fauna silvestre. En este caso es bueno aclarar la importancia de dejar a los animales que viven en la naturaleza en su lugar. Hay casos especiales en los que se adoptan animales que tuvieron un accidente o que tienen algún problema de salud, o que estuvieron mucho tiempo bajo cuidado humano no pueden volver a la naturaleza. Pero debe ser la excepción. También debemos cuidar su habitad. Si los humanos seguimos invadiendo los espacios naturales, los terrenos de los animales, los llevamos a la extinción, en cambio si el humano se retira la fauna avanza.

¿Cómo es trabajar a domicilio en esta especialidad?

Al momento de pensar una consulta, lo más riesgoso es trasladar al animal, sacarlo de su casa, especialmente si se trata de especies no tradicionales. Por eso la gente busca tanto la comodidad como evitar el estrés, que puede resultar peligroso en algunos casos.

La mayoría de las consultas empiezan porque los tutores buscan asesoramiento sobre las cosas que necesita un animal de determinada especie para tener una buena calidad de vida y yo intento siempre complementarla con los requerimientos de este paciente en particular.

¿Qué beneficios tiene para vos esta forma de trabajo?

En el caso de los no tradicionales, muchas enfermedades se originan por su entorno o por su dieta. Ver cómo vive, su espacio, me permite tomar decisiones en el momento, porque a veces la información que llega no es tan certera, pero si puedo ver dónde vive puedo hacer sugerencias prácticas del momento. No siempre es necesario hacer una enorme inversión en un recinto sino apelar a la practicidad.

Además, el vínculo es diferente, yo veo el lugar, a la familia, se genera una conexión distinta con ellos y con el paciente, hay una empatía distinta, hay un trato afectuoso. Los animales no vienen asustados porque están en un lugar desconocido, por el contrario, te saltan, te saludan.

Y el tutor del paciente también gana en comodidad, no siempre se puede subir al transporte público con un animal y menos si es no convencional. Las visitas a domicilio son una forma de atención eficiente, profunda, aunque hay que estar bien equipado para hacer un servicio completo, a conciencia, tomar muestras, observar el lugar.

Cada vez más veterinarios participan de la tendencia de la atención a domicilio, ¿esto se acrecentó en la pandemia o viene de antes?

Si  bien viene de antes, yo hace diez años que ofrezco este servicio, durante la pandemia subió mucho el trabajo. La gente que no podía o no quería salir de su casa igual necesitaba atender a sus animales y explotó la atención a domicilio. Por supuesto, tenemos ciertas limitaciones en relación con lo que nos puede faltar fuera del espacio de la veterinaria pero hay que atravesarlas para poder mejorar la atención que brindamos.

 ¿Qué fue lo más extraño que viste en este trabajo?

Pasan cosas extrañas todo el tiempo. Hace varios años me trajeron un murciélago con el ala fracturada, vivía con ellos y tenían un cuarto especial para él. Y yo trabajo con un anestesista que es excelente pero que le tiene miedo a las comadrejas y a las ratas, entonces a veces suceden cosas divertidas cuando se ve en la necesidad de anestesiar a estos animales. Igual también hay que desmitificar un montón de especies, como las ratas, que son animales súper domesticables, sociales, dóciles y afectuosos.

 ¿Y alguna vez te encontraste algo más peligroso?

Hay gente a veces que tiene grandes felinos, por ejemplo un puma en la casa,  pero yo lo derivo, no acudo. Lamentablemente ocurre mucho, también con aves de porte importante que no están acostumbrados a socializar y a veces hay que sedarlos. Incluso hay que hacerlo si son animales pequeños, como un erizo, que es chiquito, pero si tiene miedo se cierra y no lo puedo atender.

¿Creés que existe una política activa del Colegio Veterinario para que la gente se acerque a realizar una consulta previa para la tenencia de un animal, sobre todo si es no?

Me parece que no hay que adjudicarle esa responsabilidad al Colegio Veterinario sino que es algo que va en cada veterinario individualmente, porque tenemos esa responsabilidad, y que también es algo que va en función de todos como sociedad. Yo comparto mucha información en mis redes sociales @drafuentesabrina (FB) Avanzamos mucho pero queda un camino largo todavía.