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Si entendemos a qué se debe la variación patrimonial que experimenta el sistema ganadero, comprenderemos la posibilidad de “resguardar valor” que muchas veces se asume como objetivo, más allá de lo productivo.

Eduardo Ponssa

El negocio ganadero (y sobre todo la cría bovina) no depende solamente de la producción que se logre. Por supuesto que la cantidad total de bovinos, su eficiencia productiva y el precio de los productos inciden, y mucho, en el resultado económico. No hablamos de no monitorear estas variables productivas, planificando mejoras o cambios.
Sino de tener presente la otra gran pata del negocio: el resultado por Tenencia.
¿De qué se trata esto?
A diferencia de la agricultura, en donde año a año se cosecha el cultivo para poder obtener la producción, en la cría bovina la producción de terneros se logra sin necesariamente agotar al recurso que los genera: la vaca. Podríamos decir que la producción de terneros “va por un lado” y el capital hacienda requerido “se mantiene al margen”.
En la agricultura, en cambio, la producción se logra a expensas de “gastar” todo el capital (semilla, herbicidas, insecticidas, fertilizantes, etc.). Es cierto que con el grano cosechado luego podrá lograrse un resultado comercial que dependerá de la diferencia de precios entre el momento que se cosecha y cuando se comercialice el producto, pero no es exactamente lo mismo: se trata de un bien producido.
La vaca, en cambio, es un recurso para producir, y permanece –en principio- todo el año en nuestra empresa.
Esto lleva a la primera aclaración: en todos los casos estamos hablando de resultados económicos.
Es decir, de aquellos vinculados a la evolución del capital de la empresa (Patrimonio Neto) y que no necesariamente son saldos financieros (Liquidez).
Muy bien, ¿y todo esto en qué resulta?
En que en la cría, además del resultado productivo hay otro vinculado a la tenencia, pudiendo ser este último muy importante. Veamos.

Un ejemplo
Para ser bien gráficos utilizaremos un caso real, ocurrido en el ejercicio 2009 – 2010, período durante el cual el precio de mercado de la hacienda pegó un salto importante, bastante más alto que la inflación. De alguna manera, esto fue un “rebote” después de algunos años durante los cuales el precio se había mantenido sin grandes variaciones debido a la intervención estatal.

Cuadro Nº 1. Precios por Kg. de las categorías de stock al inicio y al final del ejercicio 2009 – 2010.
Peso Kg Precio/Kg
$ Corrientes al inicio $ Inicio  index. al cierre (1) $ al cierre (2) Variación (2-1)/1
vacas paridas 400 5,28 6,4 9 40,60%
vacas preñadas 400 2,23 2,7 4,2 55,40%
cut 384 1,73 2,1 3,6 71,70%
toros 650 3,38 4,1 7,15 74,50%
vaquillonas 2 años 330 2,72 3,3 5,9 79,00%
vaquillonas 1 año 220 2,85 3,45 6 73,70%

En el Cuadro Nº 1 se muestran los precios expresados por kilogramo de las categorías de stock al inicio (el 1º de julio de 2009) y al final (30 de junio de 2010) del ejercicio. Los pesos (kilogramos por cabeza) de estas categorías se asumen como constantes; es decir que no varían entre el inicio y el final del ejercicio.
Otro dato: el precio de la vaca parida incluye el valor del ternero.
Observamos que hay tres columnas para los precios.
La que estipula “pesos corrientes al inicio”, indica simplemente cuánto valía esa categoría al inicio en el mercado en moneda de ese momento -julio 2009-.
Suponiendo que la inflación mayorista del período 2009 – 2010 haya sido de 21,2% (índice Congreso), podemos indexar estos precios, “agregándoles la inflación del año”, y así expresarlos en moneda del cierre (junio de 2010).
Para ello, sólo hay que multiplicarlos por 1,212. De este modo, obtenemos los precios que figuran en la columna denominada “$ al inicio indexados al cierre”.
Por ejemplo, vemos que una vaca preñada de 400 kg al inicio valía 2,23 $/kg ($892 por cabeza). Si este valor hubiese aumentado igual a la inflación, hubiera dado 2,23$ x 1,212 = 2,70 $/kg ($1.080 por vaca), o en otras palabras: con 2,70$ a fines de junio de 2010 podíamos comprar en promedio lo mismo que con 2,23$ un año antes. Pero en realidad las vacas preñadas valían mucho más al cierre: 4,20 $/kg ($1.680 por vaca).
Empezamos con una vaca que valía casi $900 y al final del ejercicio vale $1.680: aumentó un 55% en un año (y vemos que otras categorías aumentaron más todavía en términos relativos, en promedio la suba fue del 63%).
Esta situación fue la que generó un importante resultado por tenencia (positivo), debido a que la hacienda se valorizó, como se vio, muy por encima de la inflación del año.

¿Cómo calcular la tenencia?
Para calcular el Resultado por Tenencia podemos valorizar el Inventario al inicio “como si no hubiera habido resultado por tenencia”.
Es decir, a precios del cierre. Esto sería suponer que el precio de la hacienda se mantuvo siempre en el valor final. Luego se vuelve a valuar el inventario a precios del inicio, indexados al cierre.
La diferencia entre ambos cálculos es el Resultado por Tenencia.

Cuadro Nº 2. Valorización del inventario inicial. Dos opciones.    
a precios inicio index. al cierre a precios del cierre
Cabezas Kg totales Precio por kg Gasto de venta Valor Neto $ Precio por kg Gasto de venta Valor Neto $
vacas paridas 12 4.800 6,4 6,00% 28.874 9 6,00% 40.608
vacas preñadas 346 138.400 2,7 6,00% 3.516.118 4,2 6,00% 546.403
cut 31 11.904 2,1 6,00% 23.462 3,6 6,00% 40.283
toros 16 10.400 4,1 6,00% 40.048 7,15 6,00% 69.898
vaquillonas 2 años 103 33.990 3,3 6,00% 105.330 5,9 6,00% 188.509
vaquillonas 1 año 124 27.280 3,45 6,00% 88.577 6 6,00% 153.859
TOTAL 632 226.774 2,99 637.909 4,88 1.039.560
Resultado por tenencia: 1.039.560 – 637.909 = 401.652 $

En el Cuadro Nº 2 se muestra el inventario inicial (vemos que al inicio había 632 cabezas en el campo, sin contar los 12 terneros al pie de la madre).
Luego, este stock es valorizado al precio de inicio indexado y al precio del cierre.
En ambos casos se restó un 6% correspondiente a gastos de venta.
La diferencia, de $401.652 es el Resultado por Tenencia. Esto representó unos $900 de aquel momento por vientre en servicio (unos $3.200 de hoy).
Suponiendo un 72% de destete sobre vientre entorado y realizando reposición propia se calcularon las Salidas y Entradas de hacienda.

Cuadro Nº 3. Cálculo de la Producción de Carne y del Ingreso Neto (incluyendo el efecto de la Tenencia).
SALIDAS DE HACIENDA 111.040 kg 603.399 $
ENTRADAS DE HACIENDA 1.950 kg 20.670 $
INVENTARIO FINAL 208.368 kg 900.167 $
INVENT. INICIAL EN $ INDEX 226.774 kg 637.909 $
PROD. DE CARNE 90.684 kg
INGRESO NETO 844.987 $

En el Cuadro Nº 3 se muestran los resultados, incluyendo los inventarios (el del inicio se valorizó a precios del inicio indexados al cierre, por lo que el Ingreso Neto incluye el Resultado por Tenencia).

Conclusión
El aumento patrimonial total de este sistema productivo, antes de gastos, fue de $844.987. Este fue el Ingreso Neto realmente obtenido en el ejercicio 2009 -2010 en el ejemplo analizado (restando luego los gastos directos, se obtiene el Margen Bruto). Pero este valor encierra dos realidades: un resultado productivo y uno por tenencia (que en este caso dio positivo).
Si queremos “eliminar” el efecto de la tenencia, calculamos el Ingreso Neto del mismo modo pero reemplazamos el Inventario inicial en pesos indexados por el Inventario inicial en pesos del cierre.
Realizando esta operación obtendríamos un Ingreso Neto “hipotético” de $443.336.
Este hubiera sido el Ingreso económico si no hubiese habido efecto por Tenencia, es decir que corresponde al aspecto productivo de la cuestión.
La diferencia es el efecto de la Tenencia que, como ya se determinó, fue de $401.652.
Esto nos muestra que, en este caso y en ese período, nada menos que un 47,5% del Ingreso Neto correspondió al Resultado por Tenencia, y el 52,5% a la Producción.
El ejemplo demuestra fehacientemente lo que efectivamente ocurrió en la mayoría de los casos en los campos de cría durante 2009-2010, luego de varios años de Resultado por Tenencia negativo (debido a que los precios ganaderos “no movían” en los años previos).
Al entender mejor a qué se debe la variación patrimonial que experimenta el sistema, comprendemos también la posibilidad de “resguardar valor” que muchas veces asume como objetivo el productor ganadero, más allá del hecho productivo.
Esto explica no pocas decisiones.
Algo similar podría aplicarse al productor que es propietario de la tierra.
En todos los casos se busca multiplicar el efecto tenencia, con el siempre renovado desafío de producir más y mejor.

Eduardo E. Ponssa

Area Economía y Administración Rural. Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Centro. Tandil, Buenos Aires.

Recorremos distintas instancias por medio de las cuales poder calcular indicadores válidos para cuantificar los niveles productivos en los establecimientos ganaderos.

Escribe Eduardo E. Ponssa

Muchas veces escuchamos acerca de “la importancia de ser eficientes”; más aún en el ámbito de la producción agropecuaria.
Pero a veces se confunde el concepto “eficiencia” con el de “eficacia”. ¿Cuál es la diferencia? Simple: mientras la eficiencia es la relación entre la cantidad de producto logrado en cierto período y la cantidad de recursos aplicados para ello; la eficacia se relaciona con el logro de los objetivos últimos del proceso.
En definitiva: la eficiencia tiene que ver con el cómo, mientras que la eficacia, con el por qué. Ahora bien, ¿se puede ser eficaz y no eficiente?
Por supuesto que sí. Por ejemplo, cuando logramos un objetivo pero su cumplimiento nos llevó más tiempo o insumos de lo previsto. Asimismo, de poco valdría ser eficiente (usar adecuadamente los recursos) si no nos estuviéramos dirigiendo en la dirección deseada.
En el ámbito de la actividad ganadera, por ejemplo, de nada valdría buscar eficiencia en la producción de hacienda para exportación mientras existieran trabas para la colocación del producto en el mercado externo.
La eficiencia debería supeditarse a la eficacia, y no a la inversa. Cumplir los objetivos planteados, ir en la dirección correcta y utilizar adecuadamente los recursos disponibles, de eso se trata ser eficientes y eficaces. A esto (eficacia + eficiencia) podría llamársele “ser efectivos”.

¿Cómo se calcula un índice de eficiencia?
Siempre hay que relacionar una variable de producto con otra de insumo o recurso (tierra, capital, trabajo), efectuando el cociente entre ellos. Por ejemplo, el rendimiento de un cultivo (Kilos logrados/ Hectárea).
Con esto en mente, avancemos en un ejercicio sencillo. ¿Se animan a identificar –al menos mentalmente- cuáles de estos indicadores constituyen índices de eficiencia y cuáles no?
A Kilos de carne producidos en un año.
B Litros de leche producidos por día.
C Kilos de carne producidos por hectárea.
D Kilos de carne producidos por cabeza y por día.
E Superficie del campo (en hectáreas).
F Litros de leche producidos por vaca en ordeñe por día.
G Cantidad de terneros destetados al año.
H Porcentaje de toros en relación a las vacas.
I Porcentaje de terneros destetados sobre vacas entoradas.
J Carga animal en kilos de peso vivo por hectárea.
K Porcentaje de rendimiento en res.
L Relación de conversión de alimento en carne.
M Número de vientres en servicio.
N Cantidad de vientres preñados sobre los entorados (tasa de preñez).
O Área ojo de bife.
Una vez que terminen de responder, estarán en lo cierto si marcaron como indicadores de eficiencia las respuestas: C, D, F, I, K, L y N.
Veamos, entonces, ¿por qué los otros no lo son? Ocurre que tanto los kilos de carne producidos en un año, así como los litros de leche logrados por día y los terneros destetados en un año(puntos A, B y G) constituyen variables de producción pero no se relacionan con una unidad de recurso, por lo que indican escala productiva, pero no eficiencia. Asimismo, las hectáreas de superficie y la cantidad de vientres en servicio (E y M) tampoco indican eficiencia, sino que dan cuenta de la cantidad de recurso disponible (tierra, hacienda) independientemente de lo que ocurra con la producción a obtener.
Son indicadores de tamaño.
A su vez, el porcentaje de toros (H) y la carga en Kg/ha (J) señalan la relación entre dos variables de recurso (toros en relación a vacas, Kg de hacienda en relación a la superficie) pero no se vinculan al producto que se obtiene del proceso, por lo que no indican necesariamente eficiencia.
Por último, el Area Ojo de Bife (O) se relaciona en primer lugar con la calidad del producto (eficacia) antes que con la eficiencia. Resumiendo, podemos decir que existen indicadores de:
– Eficiencia: miden la relación Producto/Insumo (por ejemplo kilogramos de carne producida / hectárea ganadera).
– Eficacia: miden la calidad (nivel de satisfacción de los requerimientos del mercado) o el grado de cumplimiento de objetivos.
– Efectividad: a la Eficiencia y Eficacia le suman el balance entre resultados deseados y no deseados del proceso.
– Tamaño: miden la cantidad absoluta de recurso disponible (por ejemplo cantidad de vacas o de hectáreas disponibles).
– Escala: miden la cantidad absoluta de producto logrado en un período determinado (por ejemplo kg totales de carne en un año).

La producción de carne
Así como en agricultura lo primero que se determina es el rendimiento obtenido por hectárea, un indicador comúnmente utilizado en sistemas ganaderos es el de la “Producción de Carne anual”, el cual -al relacionarse con la superficie empleada- permite medir la eficiencia en kilos por hectárea. Ahora bien: ¿cómo se calcula?
Lo determinaremos en base a un ejemplo de Análisis de Gestión para un ejercicio anual (1° de julio y 30 de junio del año siguiente).
Supongamos que al inicio del ejercicio anual había en el campo 100 novillitos de 230 kg cada uno. De estos y a lo largo del año, se vendieron 75 (entre 390 y 400 kg) y murieron 2, quedando 23 en el campo (410 kg al 30 de junio).
Claro que a ello se sumó la compra de 70 terneros con un peso medio de 180 kg, los cuales al 30 de junio (cierre del ejercicio) pesan 250 kg.

Con la calculadora en la mano
Para establecer la producción de carne de los 100 novillos iniciales deberemos sumar a los kilogramos vendidos, los de los animales que permanecieron en el campo y se le restan los kilos (no se produjeron durante el año bajo estudio).La mortandad de animales no debe restarse, ya que se encuentra implícita al restar el peso de la cantidad inicial a los 98 animales restantes.
Siguiendo el ejemplo en cuestión, se resolvería con este cálculo:

Operación Nº 1 = (40 x 390) kg + (35 x 400 kg) + (23 x 410 kg) – (100 x 230 kg) = (39.030 kg – 23.000 kg) = 16.030 kg.

En definitiva, la operación que se ha realizado es: (1) Kilos salidos + Kilos de inventario final – Kilos de inventario inicial.
Avancemos: para calcular la producción de los 70 terneros comprados se debe establecer la siguiente operación: (2) Kilos de inventario final – Kilos ingresados. Siguiendo el ejemplo:

Operación Nº 2 = (70 x 250 kg) – (70 x 180 kg) = 4.900 kg.

Ahora sí podemos calcular la “Producción de Carne anual”. ¿Cómo? Uniendo las operaciones Nº 1 y Nº 2 en una sola. Hablaremos entonces de Salidas – Entradas + Inventario final – Inventario inicial (todo expresado en kilos vivos). ¿Y cómo llegamos a esos valores? Siguiendo este breve repaso:

– Salidas = (40 x 390 kg) + (35 x 400 kg) = 29.600 kg
– Entradas = (70 x 180 kg) = 12.600 kg
– Inventario final = (23 x 410 kg) + (70 x 250 kg) = 26.930 kg
– Inventario inicial = (100 x 230 kg) = 23.000 kg

En definitiva, el cálculo a realizar será:

Producción anual de carne =29.600 kg –12.600 kg + 3.930 kg = 20.930 kg

Hablar de eficiencia
Vale decir entonces que mediante esta fórmula arribamos a un indicador de escala, paso obligatorio para luego poder determinar los de eficiencia.
Si deseamos ahora evaluar la eficiencia en el uso del recurso tierra, deberemos dividirlo por la superficie efectiva ganadera. Supongamos que en el ejemplo que venimos desarrollando la misma fuera de 80 hectáreas, entonces la Producción por Hectárea (índice de eficiencia) sería:

(20.930 kg / 80 has) = 262 kg/ha

Otros indicadores de eficiencia podrían ser la “Producción de Carne por cabeza promedio” o la “Producción de carne por Kg de carga (Eficiencia de Stock). Sobre esta última profundizaremos.
Ya disponiendo de la “Producción de Carne/Ha”, nos queda determinar la carga media, la cual la estimaremos del siguiente modo:

Carga media total = 7.233 kg + 8.269 kg + 7.360 kg + 3.762 kg = 26.624 kg.

Clave es destacar que este valor determina una carga media anual de:

Carga media anual = (26.624 / 80 has) = 332,8 kg/ha

A estos valores arribamos considerando el siguiente razonamiento:

– 40 animales con peso promedio de 310 kg, durante 7 meses. Stock medio = 40 x 310 kg x 7/12 meses = 7.233 kg.
– 35 animales con peso promedio de 315 kg, durante 9 meses. Stock medio = 35 x 315 kg x 9/12 meses = 8.269 kg.
-] 23 animales con peso promedio de 320 kg, durante 12 meses. Stock medio = 23 x 320 kg x 12/12 meses = 7.360 kg.
– 70 animales con peso promedio de 215 kg, durante 3 meses. Stock medio = 70 x 215 kg x 3/12 meses = 3.762 kg.

Finalmente, la eficiencia del stock es:
¿Qué significa este valor? Que por cada 100 kg de carga se producen 78,7 kg de carne al año, lo cual sería comparable a una “tasa de interés” (ganancia en relación al “capital” invertido) anual en kilogramos (en vez de en pesos).
En la producción de commodities, el imperativo de eficiencia es fundamental a fin de lograr eficacia (cumplimiento de objetivos).
En definitiva, medir es el primer paso para conocer, y conocer es un requisito para gestionar. La ganadería de precisión a la que aspiramos requiere de información cuanti y cualitativa para constituirse como tal y facilitar la toma de decisiones bajo un criterio empresarial.

Eduardo E. Ponssa

Area Economía y Administración Rural. Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Centro. Tandil, Buenos Aires.

Paso a paso de un indicador cuyo manejo adecuado le permitirá a los veterinarios brindar un mejor asesoramiento a sus clientes ganaderos.

Escribe Eduardo E. Ponssa

TE RESUMIMOS LA NOTA EN OTRAS 5 FRASES

1. Es clave que los veterinarios conozcan qué es y cómo se calcula el Margen Bruto de las actividades en las cuales participan para brindar un mejor asesoramiento a sus clientes, incorporando variables económicas en sus propuestas, por medio de las cuales se pueda medir el impacto de las medidas productivas a futuro.
2. Si nos referimos puntualmente a la actividad ganadera de cría, los gastos de sanidad serán considerados Costos Directos, pero aquellos aplicados a novillos en crecimiento, no. ¿Por qué? Porque estos animales se encuadran dentro de otra actividad (la recría o invernada).
3. Un aspecto a considerar es el de la superficie ganadera efectiva, a fin de determinar con mayor precisión las hectáreas asignadas a la actividad.
4. El Margen Bruto es un indicador anual: no considera el largo plazo, ni los posibles efectos de sinergia o complementación entre actividades.
5. Para calcular el resultado económico de un modelo proyectado de cría, es decir, su Margen Bruto, deberemos restar entre los ingresos netos y los costos directos de la actividad.

A veces bien y otras tantas mal empleado, el Margen Bruto es sin dudas uno de los indicadores económicosmayormente utilizados en el mundo agropecuario. Siempre en boca de analistas, periodistas y técnicos, esta herramienta puede aplicarse para el control y diagnóstico (en el contexto de un análisis de gestión) o para presupuestar una campaña futura, colaborando en la toma de decisiones específicas y de relevancia para los negocios.
¿Por qué los profesionales veterinarios deben conocer al detalle cómo funciona este indicador? Para brindar un mejor asesoramiento a sus clientes, incorporando variables económicas en sus propuestas, por medio de las cuales se pueda medir el impacto de las medidas productivas a futuro.

¿De qué se trata?

La lógica del cálculo del Margen Bruto se basa en la distinción entre los costos directos y los indirectos. Muchas veces esta clasificación se confunde con la de Costos Variables o Fijos. Pero debemos dejar en claro que no son lo mismo.
Mientras que un costo se define como Fijo o Variable según se modifique o no al cambiar la cantidad del producto en cuestión (en una fábrica de quesos, por ejemplo, el valor de la leche es un costo variable, ya que depende de la cantidad de queso que se elabore), la distinción entre Directo e Indirecto tiene que ver con las decisiones que se deseen tomar.
Pasando en limpio: todos los costos que se generen al implementar una tarea serán Directos, mientras que los que no sean afectados por tal decisión serán considerados Indirectos. Por ejemplo: si estoy evaluando la posibilidad de adquirir un campo, el impuesto inmobiliario a pagar será un Costo Directo, mientras que si ya soy el propietario y lo que estoy decidiendo es si sembrar soja o maíz, este impuesto pasa a ser un Costo Indirecto (de estructura).
Es clave considerar, además, que todos los costos que “aparecen” sólo cuando realizamos una determinada actividad serán Directos. En cambio, los que permanecen aunque cambiemos de situación productiva serán Indirectos o de estructura y administración. ¿Cómo es eso?
Si nos referimos puntualmente a la actividad ganadera de cría, los gastos de sanidad serán considerados Costos Directos, pero aquellos aplicados a novillos en crecimiento, no. ¿Por qué? Porque estos animales se encuadran dentro de otra actividad (la recría o invernada).
Del mismo modo, serán Directos los costos de alimentación de los animales pertenecientes a las categorías de cría, la remuneración del personal asignado a esta actividad y los honorarios veterinarios (tacto, cesáreas, revisación de toros, etc).

Un ejemplo en números

Supongamos que estamos planificando un sistema productivo de cría, en el cual la carga sería de alrededor de 0,9 vientres por hectárea.

Cuadro 1: Costos Directos anuales de la actividad cría   
 Supr. Efect.Cría: 440,4 has   
  Cantidad Valor unit. Total $ $/Ha % Tot.
Personal 1 260000 260.000 590,4 38%
Sanidad 400 350 140.000 317,9 20,50%
Promociones 80 944 75.520 171,5 11%
Rollos propios 370 360 133.200 302,4 19,50%
Amortiz. Praderas 100 750 75.000 170,3 11%
TOTAL     683.720 1552,4 100%

El objetivo es entorar 400 vientres, para lo cual dispondríamos de 250 has de campo natural; 100 has de una pradera de agropiro y lotus y 80 has en las que haríamos una promoción de campo natural. Además, todos los años implantaríamos alrededor de 25 has de pradera nueva, a fin de mantener las 100 has de pastura en producción (estimando una vida útil de 4 años).

Cuadro 2: Asignación anual de la superficie
Has JUL AGO SEP OCT NOV DIC ENE FEB MAR ABR MAY JUN Meses ganaderos
250 Campo Natural 12
100 Pastura permanente 12
80 Promoción 12
25 Sin recurso forrajero Pastura en implantación 5

En este caso podríamos calcular el Margen Bruto en tres situaciones distintas: a) Una sería para gestión, en base a variables y resultados conocidos. Por ejemplo: podríamos determinar el MB de gestión del ejercicio 2015-2016, para saber “cómo nos fue”. En esta situación tenemos certeza en la información, sobre todo si oportunamente se contabilizaron y registraron los datos correctamente. Es decir que sabemos efectivamente cuántos terneros se han destetado, a qué precio se vendieron y en qué costos se ha incurrido, etc.
Otra posibilidad es avanzar en el Margen Bruto para planeamiento, el cual a su vez podemos aplicarlo a B) un sistema estabilizado o C) a uno en transición.
El sistema estabilizado asume que se mantienen todos los años la misma cantidad de animales en cada categoría y que, entre otras cosas, implantaríamos la misma cantidad de pastura en cada año, manteniendo constante el desempeño.
Si bien esto no deja de ser una abstracción, nos ayuda a indagar acerca de la conveniencia de implementar o no un determinado modelo productivo.
El sistema en transición, en cambio, es más “real”, ya que se encuentra en crecimiento (aumentando el tamaño del rodeo cada año) o en disminución (reduciendo el rodeo; con diferencia negativa en el inventario de hacienda).
En nuestro ejemplo, asumiremos que se trata de planificar un modelo estabilizado. Los Costos Directos (Ver Cuadro Nº 1) serían: la remuneración del personal (dedicado exclusivamente a la actividad cría: sueldo de una persona, incluyendo aguinaldo y cargas sociales en un año); la sanidad del rodeo (estimada en $350 por vientre, lo cual incluye la sanidad de todas las categorías, incluso toros, terneros y vaquillonas de reposición, y también los honorarios veterinarios), la alimentación y la suplementación con rollos (se estima suministrar 370 rollos por año realizados por contratista sobre recursos forrajeros propios). Dentro de la alimentación, se incluye el costo anual de la promoción (una aplicación de glifosato y una fertilización de base) y la amortización de la pastura (el costo de implantación estimado en unos $3.000/ha dividido la vida útil estimada en 4 años, es decir $750/ha por año).

La superficie importa

Un aspecto a tener en cuenta es el de la superficie ganadera efectiva, a fin de determinar con mayor precisión las hectáreas asignadas a la actividad.
No es lo mismo utilizar una hectárea durante tres meses, que todo el año, al momento de expresar el margen por ha (indicador de eficiencia en el uso del campo). Para esto hay que multiplicar las has de cada recurso por los meses durante los cuales el mismo se encuentra asignado a la cría (independientemente de que haya animales en ese potrero o no) y luego dividir por 12, a fin de “anualizar” dicha superficie. En el Cuadro Nº 2 se muestra la proyección mensual de la superficie (tomando en cuenta un ejercicio productivo que va del 1° de junio al 30 de junio del año siguiente) y la cantidad de meses de cada recurso asignado a la ganadería (columna de la derecha).

Cuadro 3: salidas de hacienda       
Categoría Cabezas Peso Kg totales Precio Unidad $ BRUTOS Gastos  Salida $ NETOS
Terneros machos 162 180 29.160 36 $/KG 1.049.760 7,00% 976.277
Terneras 71 170 12.070 35 $/KG 422.450 7,00% 392.879
Vacas descarte 80 388 31.030 16,81 $/KG 521.680 7,00% 485.162
Toros 3 700 2.132 19 $/KG 40.504 7,00% 37.668
TOTAL 316   74.392 27,35 $br./Kg 2.034.394   1.891.986

En este caso, todos los recursos están presentes todo el año, a excepción de las 25 has de pastura en implantación que solo ocupa 5 meses; por lo que la superficie efectiva será de 25×5/12 = 10,4 has. Es decir que, la superficie efectiva ganadera será de 250+100+ 80+10,4 has = 440,4 has por año.
Sobre este valor se calcularon los costos por hectárea del Cuadro Nº 1.
Habiendo proyectado la superficie efectiva y los costos, ahora, queda proyectar el ingreso económico, el cual depende de la producción que se piense lograr. En este caso, lo haremos del modo más simple posible: estimando la tasa de destete y la tasa de descarte anual de vacas.
• Tasa de destete estimada: 81% sobre los vientres a servicio (que siempre son los mismos pues se trata de un modelo estabilizado). Entonces: 400 vientres x 0,81 = 324 terneros a destetar (162 machos y 162 hembras).
• Tasa de descarte de vacas: 20% sobre los vientres a servicio. Entonces: 400 x 0,2 = 80 vacas a venta.
Supongamos que en promedio mueren 11 vacas por año (casi un 3%) y que la reposición es propia. Entonces, para mantener el equilibrio del rodeo todos los años, deberíamos reponer 91 vaquillonas (a fin de compensar las 80 vacas que se venden y las 11 que mueren).
Para facilitar la comprensión de los números no consideraremos mortandad de vaquillonas ni descarte de éstas en pre-servicio, por lo que de las 162 hembras deberíamos retener al menos 91 y podríamos vender 71 como máximo.

El Margen Bruto es un resultado parcial

La información reunida hasta aquí nos permite calcular el ingreso neto (las salidas de hacienda – las entradas de hacienda +el inventario final – el inventario inicial). Todo esto expresado en pesos, menos los gastos de comercialización. Como se trata de un modelo estabilizado, la diferencia de inventario es 0 (inventario final = inventario inicial).
Los precios pueden ser los actuales aunque luego puede realizarse un análisis de sensibilidad contemplando diferentes escenarios posibles.
En los Cuadros Nº 3 y 4 se presenta el cálculo de las salidas y las entradas de hacienda, suponiendo que tenemos 12 toros, los cuales en promedio poseen una vida útil de 4 años (por lo que se compran y se venden 3 toros por año, en promedio). En base a estas estimaciones podemos calcular el ingreso neto esperado y la producción de carne.

Cuadro 4: entradas de hacienda
Categoría Cabezas Peso Kg totales Precio Unidad $ BRUTOS Gastos de  Entrada $ NETOS
Toros 3 700 2.132 40.000 $/CAB 121.815 4,00% 126.688

El ingreso neto es igual a las salidas menos las entradas, más la diferencia de inventario.
En números: $1.891.986 – $126.688 + 0 = $1.765.298 o$4.008 /ha.
La producción de carne es igual a la salidas de kg, menos las entradas de kg, más la diferencia de inventario en kg.
En números: 74.392 kg – 2.132 kg + 0 = 72.260 kg o164 kg/ha.
Se observa que el 57% de los kg producidos y el 78% del ingreso neto se deben a la producción de terneros y terneras, lo cual constituye un buen índice.
Finalmente, ya podemos calcular el resultado económico de este modelo proyectado de cría, es decir, el Margen Bruto, el cual se compone de la resta entre los ingresos netos y los costos directos.
En números: $1.765.298 – $683.720 = $1.081.578 o $2.456/ha.

Algunas consideraciones

Así como el rol de director técnico de un equipo de fútbol es comparable al administrador de una empresa, elMargen Bruto es parecido al resultado del primer tiempo o la performance de un jugador individual, sin considerar al resto del equipo. También hay que tener en cuenta que se trata de un indicador anual; no considera el largo plazo ,ni los posibles efectos de sinergia o complementación entre actividades.
Por eso resultaría peligroso planificar a largo plazo (más de un año) sobre la base única de este indicador. Tampoco el Margen Bruto tiene en cuenta el capital invertido (incluyendo la hacienda), por lo que no constituye un indicador de rentabilidad y limita la posibilidad de compararlo directamente entre dos actividades en donde el capital invertido por ha o el nivel de intensificación sea diferente (por ejemplo tambo y cría, cría con alta carga y cría con baja carga o trigo y papa).

Eduardo E. Ponssa

Area Economía y Administración Rural. Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Centro. Tandil, Buenos Aires.