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Mi nombre, mi marca profesional

La propuesta de este artículo es pensar qué es un plan de Marketing personal y entender cómo nos puede ayudar a poner en valor lo que genera mayores ingresos en la veterinaria, nuestro trabajo.

Escribe Carlos López Delfino
Consultor en gestión y desarrollo profesional veterinario.
clopezdelfino@gmail.com

El primer libro de marketing veterinario que leí, hace muchos años, estaba escrito por un veterinario argentino y se refería al marketing, el management y las ventas para proveedores y profesionales del sector agropecuario. En esa época también se daban algunos cursos o charlas en las facultades sobre este tema, donde se hacía mucho hincapié en el punto de venta, el local, la veterinaria, la ubicación, la decoración y la accesibilidad.
El marketing veterinario venía de la mano de los proveedores que nos aportaban marquesinas, carteles, estanterías… materiales de promoción en puntos de venta. Nos “vestían” la veterinaria y proporcionaban elementos prácticos y bien diseñados que nos servían para tener una veterinaria atractiva.

El marketing personal ayuda a los profesionales a ser vistos como líderes o referentes dentro de su ámbito de acción, resalta sus habilidades, su rol.

Otro de los temas que se trataban en aquella época era el nombre de la veterinaria. Se nos proponía que sea un nombre distintivo, que permita ubicarnos geográficamente u orientar la especialidad a la que nos dedicábamos. No existían ni la Web, ni los buscadores, ni los mapas con geolocalización, mucho menos los hashtags #; o los @, por ejemplo…
Mi primera veterinaria la abrí en Los Frentones, en la provincia de Chaco, y se llamaba “Veterinaria Los Frentones”. Como era la única en el pueblo, ese nombre estaba bien; pero hoy hay muchas veterinarias en todos lados y no todas pueden tener el nombre del lugar, entonces nos ponemos creativos y le damos mil vueltas hasta encontrar un nombre que nos guste o nos identifique.
En esa búsqueda surgen nombres como “Centro de Diagnóstico Integral Veterinario para el Tratamiento para Mascotas”, por ejemplo, y como es largo abreviamos, lo ponemos en siglas: CDIVTM, un trabalenguas.
O bien recurrimos a los nombres que más resuenan: Patitas, Huellitas, El Rodeo, El Alazán, La Vaca Loca (en una época estuvo muy de moda) o La Rural, un clásico. Muchos de estos nombres tienen millones de resultados en cualquier buscador Web red social. No le hacemos fácil al cliente encontrarnos.
El paradigma cambió, el acceso a la publicidad y a la visibilidad de nuestro negocio se hizo mucho más económico y amigable.
Los veterinarios acompañamos ese cambio, primero en Facebook, luego en Instagram, pero ¿aprendimos a usar ese recurso?
¿Sabemos para qué las usamos o solo trasladamos lo que sabíamos del marketing del punto de venta a las redes?
Todos los días veo perfiles de colegas, de sus negocios, de sus veterinarias, y lo que veo es una “vidriera” donde se promocionan alimentos balanceados, accesorios para mascotas, cosmética. Y si somos una tienda en línea me parece perfecto, pero si somos una clínica veterinaria; si somos veterinarios, no debería faltar eso que no veo: a nosotros, la herramienta que somos, lo que resolvemos, lo que le aportamos a la sociedad.
Los clientes no nos discuten el precio de un cepillo o un colchón para su mascota, pero sí los honorarios. Entonces decimos que no nos valoran, pero ¿por qué deberían valorarnos si nosotros mismos, día a día, le asignamos más valor a cualquier otro ítem o producto de la veterinaria que a nuestro trabajo?

El plan de marketing personal

El marketing personal ayuda a los profesionales a ser vistos como líderes o referentes dentro de su ámbito de acción, resalta sus habilidades, su rol, su identidad e imagen. La mayoría de las profesiones lo utiliza, piensen en los abogados, odontólogos o médicos, sus negocios no tienen nombres de fantasía, generalmente su marca es su nombre.
A través del marketing personal, se crea una marca a partir de una persona concreta.
Con esto se logra diferenciarla de la competencia, producir la sensación de que aporta un valor diferente y ayuda a lograr un posicionamiento que involucra sus talentos, habilidades, valores y objetivos.
Es una herramienta que le sirve a todos los veterinarios, no solo a los que tienen un negocio “a la calle”. Hay muchos colegas en el ámbito rural que son independientes o autónomos. Lo mismo sucede en pequeños animales, muchos comenzamos haciendo guardias nocturnas o cubriendo turnos en días de la semana, nos contratan por un servicio y para eso tienen que conocernos.
Con el título de médicos veterinarios tenemos el 50%, nos falta el resto.
Una frase que escuché hace poco dice: “un almacenero con un plan es un futuro empresario; un almacenero sin un plan es un futuro almacenero”, cada uno elige.

¿Qué incluye un plan de marketing personal?

Se compone de un conjunto de estrategias que ayudan a destacar las características profesionales y personales y a dejar en claro cuáles son los puntos fuertes y el tipo de trabajo que se realiza.
Un buen plan debe incluir tres elementos:

1. Una marca

Lo bueno de la marca personal es que la tenemos desde que nacemos, y también tenemos un título. ¿Por qué entonces el nombre de la clínica o la veterinaria no es el nuestro? ¿Por qué gastar recursos y energía en un nombre que se repite, que nadie registra y que cualquiera puede usar?
Muchos veterinarios ya tienen un nombre de fantasía en sus negocios o perfiles de redes sociales, en ese caso pueden agregar su nombre propio en la presentación o descripción.

2. Una propuesta de valor

Debemos ser unos 25 mil veterinarios en Argentina, ¿cómo nos diferenciamos más allá de la especialidad? Una estrategia de marketing personal aborda y desarrolla lo que nos hace únicos, lo que nos diferencia, el por qué nos eligen a la hora de contratar nuestros servicios.
Para desarrollar la propuesta de valor necesitamos saber quiénes somos, conocer cuáles son nuestros talentos y aptitudes, qué nos destaca.
Tenemos que preguntarnos: qué conocimientos, habilidades y capacidades poseo, cuáles son mis mayores logros, soy clínico general o especialista o hago ambas cosas, cuáles son mis cualidades, qué resuelvo.
En síntesis, ¿por qué me pagarían a mí y no a otro que brinda el mismo servicio? Tener una propuesta de valor clara es fundamental a la hora de posicionarnos.

3. Objetivos concretos

Al momento de pensar un plan de marketing personal, el objetivo grande o meta podría ser “vivir haciendo lo que nos gusta”, convertir ese sueño, esa vocación, en la forma de ganarnos la vida.
Esa meta no tiene un tiempo de ejecución, es una manera de vivir, y detrás de ella se desarrollan la estrategia y los objetivos tácticos que planteemos.
Cada uno puede tener diferentes objetivos, pero uno que no podemos dejar de lado son los objetivos económicos, de algo tenemos que vivir.
También podemos tener objetivos específicos de corto o mediano plazo alineados a la meta. Esto nos va a brindar foco y nos va a ayudar a administrar mejor los recursos, sean económicos o de tiempo.
Cumplir pequeños objetivos nos genera motivación, energía y cada vez vamos a obtener mejores resultados convirtiendo este proceso en un círculo virtuoso.
Hoy tener una marca personal y un plan de marketing personal es imprescindible para crecer y avanzar profesionalmente, por eso debemos comprometernos con el proceso. No se trata de algo estático sino de un desarrollo que nos acompaña todos los días, se crea y recrea a diario.

¿Cómo podemos iniciar con este plan?

Dediquemos tiempo a nuestra carrera y a nosotros, no solo en el consultorio o en la manga, sino también en el escritorio, sentémonos a pensar y describir qué queremos. Organicemos la información, las ideas que tenemos, qué recursos necesitamos, deliñemos objetivos. Este plan nos llevará de la situación actual a la deseada, no esperemos que las oportunidades o las cosas vengan con los años o con la experiencia, salgamos a crearlas. Pidan ayuda. Sí, pidan ayuda, no todos tenemos que saber todo.
La pandemia aceleró aprendizajes, nos corrió de lugar, muchos me dicen que tuvieron que innovar, ser creativos… ¿era necesaria una pandemia? Si algo caracterizó siempre al veterinario argentino fue la capacidad técnica y de adaptación, la flexibilidad, muchas veces con poco y nada de tecnología, supimos resolver. Todos somos creativos e innovadores, solo es cuestión de observar cómo lo hacemos a diario en la práctica profesional.
Supimos reaccionar, fuimos reactivos, la propuesta es ser proactivos a la incertidumbre sin pandemia de por medio.

Los 7 beneficios del Marketing personal

  • Mejora la imagen y reputación profesional.
  • Nos hace más competitivos en el mercado laboral.
  • Nos ayuda a diferenciarnos.
  • Nos posiciona como referentes.
  • Nos permite gestionar nuestra propia reputación.
  • Mejora nuestra empleabilidad.
  • Nos pone en una situación de ventaja ante escraches en redes sociales.

Más sobre Carlos López Delfino

Médico veterinario de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE. Consultor en gestión y desarrollo profesional veterinario. Facilitador y Coach Ontológico Profesional certificado. Email: clopezdelfino@gmail.com. | Instagram: carlos_vetcoach.

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