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Una conversación ilustrada

Con sus dibujos, la MV Paula Nicora encontró una forma alegre de contar lo que vive dentro del consultorio. Sin proponérselo, inició un diálogo con sus colegas a partir de la identificación, la sonrisa y el acompañamiento.

Escribe Guadalupe Varelli
De la redacción de Revista 2+2

Paula Nicora, la médica veterinaria detrás de los dibujos.

Al ingresar al Instagram de Dandelion se pueden ver dibujos hechos a mano, en colores pastel, protagonizados por una joven mujer veterinaria. Los diálogos son crudos y simpáticos al mismo tiempo. Esta es la válvula de escape de Paula Nicora, médica veterinaria, quien vive todos los días experiencias graciosas, terribles, dolorosas, indignantes, amorosas con los tutores de sus pacientes. Como todos los veterinarios de pequeños animales.
En esa experiencia compartida y la forma amable de contarla que encontró Paula en sus dibujos se produce el encuentro.
Paula Nicora se recibió de médica veterinaria en el 2014 en la Universidad Nacional de La Plata. Desde entonces vive en El Bolsón y ejerce su profesión en el área clínica de pequeños animales. En 2020, apenas meses después de declarada la pandemia, abrió Los Andes, su propia veterinaria. Esa no fue la única audacia de ese año. También se decidió a publicar un libro con sus dibujos, una actividad que nació como un hobbie y terminó publicada recientemente gracias al aporte de sus seguidores.
Revista 2+2 dialogó con ella para conocer esta experiencia tan original en el mundo veterinario que ustedes pueden encontrar en Instagram (@dandelion_arg), en Facebook (@Dandelionilustraciones). Además, el libro se puede comprar en formato digital y físico por Mercado Libre. «La publicación tuvo muy buena recepción. Además, hay 3 páginas de agradecimiento a la gente que me ayudó, eso también lo hace especial», nos contó Paula Nicora.

Revista 2+2: ¿Cómo nació el vínculo entre tu veta artística y tu profesión veterinaria?

Dibujo desde siempre con foco en las cosas que me pasan; pero nunca quise que esa fuera mi fuente de ingresos. Por eso, cuando empecé a trabajar como veterinaria, los dibujos llegaron solos. Me acuerdo el día que me dibujé por primera vez como veterinaria. El tema era “¿cómo te trata la gente cuando entra al consultorio?”. Si bien al principio quizás no me era tan sencillo identificar los temas a tratar, hoy no me falta material; es algo de todos los días.
Siempre bromeo, cuando tengo una experiencia con algún cliente, se va y me digo: “de acá va a salir un dibujo”.

¿En qué momento Dandelion llegó a las redes sociales?

Cuando empecé lo hacía para mí, no pensaba en mostrarlo, ni tenía redes sociales.
De a poco los empecé a subir a mi perfil personal de Facebook, de forma muy básica, sacando fotos con el celular. Después abrí una página de Facebook para Dandelion, el seudónimo que uso para firmar mis dibujos desde hace tiempo. Estaba dividida en carpetas y había dibujos de un montón de cosas, la veterinaria era una entre muchas.
Hasta que un día un colega empezó a compartir el álbum en un grupo de veterinarios y se me llenó el Facebook de notificaciones.
Eso fue hace cuatro o cinco años. Les daba risa, supongo que porque busco contar lo que vivimos con un poco de humor, porque a veces lo que nos pasa no son cosas copadas y la gente no tiene ganas de leer bajones.
Entonces abrí un Instagram y empecé a notar que los posteos que realmente se movían eran los de la veterinaria. Si subo dibujos de una montaña recibo unos pocos Me Gusta, pero si subo uno peleándome con alguien porque a los veterinarios no se nos considera personal de salud, ese explota.

¿Los lectores de Dandelion son tus colegas, tus clientes o ambos?

Los principales lectores de Dandelion son mis colegas, porque si bien muchos de mis clientes me siguen, con ellos mantengo otros canales de comunicación.
Los Andes, mi veterinaria, tiene su propia identidad y sus propias redes sociales.
De hecho, cuando abrí el Instagram de Los Andes hice una publicación explicando qué iban a encontrar en cada lugar, porque si bien los dos perfiles son abiertos y todos pueden leer todo el contenido, algunas cosas les van a servir más a unas persona que a otras.
En el Instagram de Los Andes, que se comparte automáticamente en Facebook, subo avisos locales, de gestión del negocio y contenido referido a mi visión sobre cómo hacer medicina, tips, recetas de alimentación saludable, tenencia responsable y explicaciones.

«Somos personal de salud» fue uno de los posteos con más repercusión en @dandelion.

¿Por qué te interesa tener un diálogo con tus colegas?

Yo tengo una meta, no monetaria, que es conectar con colegas y compartir cosas, acompañarlos y que me acompañen a mí cuando me vaya mal o cuando me pase algo. Acá somos un par de decenas de colegas, nada más.
Si yo quiero hacerlo de verdad, conocer gente, acompañar y generar vínculos con otros colegas tengo que salir. Si tu objetivo es quedarte tranquilo adentro de tu consultorio, ni te gastes, porque lleva muchísimo tiempo.
Para mí la vida no es pasiva, nunca me han caído las cosas si yo no ando moviéndome, es mi forma de ver la vida y la profesión.

¿Cómo fue la experiencia de convertirlo en un libro?

En 2019 empecé con la idea de publicar un libro de cómics pero no sabía por dónde arrancar. Me ayudó la casualidad, me crucé con un amigo que me habló de las plataformas de crowdfunding. Esa misma noche entré a la página de Ideame, les mandé todo el proyecto y me lo aprobaron.
La cuestión es que Ideame te da la plataforma pero no lo difunde así que yo, que no había subido una historia en mi vida ni conocía el algoritmo de IG, empecé a grabar videos y a mandar mensajes a todo el mundo.
Desfilé por radios, entrevistas, diarios. Si tenía algo de vergüenza o miedo a la exposición la perdí en ese momento. Pensaba: “El fin justifica los medios, yo me expongo”, y en un mes y medio conseguí la plata para la publicación.

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