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Mitos y verdades, el rol del veterinario

Compartimos una serie de falsas creencias arraigadas, inclusive, entre productores que aplican la técnica para mejorar el rendimiento del rodeo. ¿Cuál es el rol profesional en estos casos?

Escriben Santiago Pérez Wallace1, Matías Machain2 y Antonio Castelletti1
1. Zoetis Argentina; 2. CIALE- Alta

La inseminación artificial en rodeos de cría ha crecido exponencialmente en Argentina en los últimos años mediante la IATF. Es una técnica práctica que, con tres manejos, los animales se preñan en aproximadamente un 50% (Base de Datos de Syntex, 2013), adelantando y concentrando las pariciones e incrementando el peso al destete de los terneros.
A su vez, en rodeos con alta incidencia de anestro aumenta el porcentaje de preñez final gracias a la inducción de la ciclicidad que se logra con el tratamiento. Existen trabajos que demuestran que la implementación de la IATF aumenta entre 29 y 35 kilos el peso de los terneros (por mejora genética y terneros de más edad; Cutaia y col., 2003). Se estima que en Argentina se inseminan más de 2,5 millones de vacas, un 10% del stock de vientres.
Este crecimiento de la técnica incrementó el trabajo de los veterinarios asesores.
Cómo toda nueva tecnología, ha generado mitos entre quienes la implementan:
– “La IATF atrasa el servicio…”
Es sabido que una de las ventajas más grandes de la IATF es la posibilidad de preñar vacas en anestro e inducir ciclicidad en las mismas, logrando mayor cantidad de preñeces cabeza. Conocemos productores que pensaban que debían esperar 45 o 60 días desde que pare la última vaca para hacer la IATF.
Se atrasa el servicio, perdiendo posiblemente más kilos de ternero del que se incrementan con la IATF. La forma correcta es hacer cortes de parición 45 días antes de la fecha de inicio de servicio.
Una forma práctica es identificar al tacto vacas preñadas cabeza, de modo de facilitar el trabajo antes de la parición.

– “El costo por preñez de la IATF nunca va a ser menor que la del toro…”
Muchos de los productores que eligen no realizar la técnica evalúan solamente los costos de la misma y no así sus beneficios económicos. Hoy en día, si evaluamos los costos de la IATF, más el posterior repaso con toros vs servicios de toros, es un 23% más costosa pero el margen bruto (Ingreso neto – costos directos) se ve mejorado en un 41%.
Por otro lado, es sencillo calcular los costos brutos al momento de presupuestar una IATF, ya que son pocas las variables a considerar, no siendo así con el servicio natural.
Por lo general, los productores tienden a minimizar el costo del servicio natural, no tomando en cuenta variables como: el precio de compra, roturas, sanidad, subpastoreo de lotes destinados a toros, la eliminación de animales por quebraduras, rengueras, problemas sanitarios.

– “La IATF es para hacer toros o para cabañas…”
Hay criadores que se han quedado con la idea de que la IATF es para hacer toros o solamente para las cabañas, tal vez porque estos fueron los primeros en incorporar la tecnología de la inseminación.
Pero esto no es así, uno de los motivos fundamentales para mitigar este mito es que el objetivo productivo-económico de un productor de cría debe ser: que la vaca se preñe todos los años y obtener la mayor cantidad de Kilos por hectárea, y está demostrado que la IATF mejora estos dos indicadores.
También cuando se consultan productores respecto a por qué inseminan, la mayoría responde “por genética”. Sin embargo cuando le preguntamos cuántas cabezas inseminan responden: “inseminamos las vaquillonas”.
Generalmente, un criador repone el 20% de su rodeo, por lo tanto si preña un 50% estaría logrando aproximadamente un 10% de terneros hijos de IATF (genéticamente superior) en su rodeo. Si buscamos genética, la inseminación tiene que ser masiva, para un impacto genético más rápido en menor tiempo.

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