Gestionar bien es también evolucionar


¿Por qué nos cuesta tanto generar un cambio? La resistencia es tan real como inevitable. Por eso, con las herramientas adecuadas, podrás salir de la zona de confort y dar el próximo paso en la gestión de tu veterinaria.
Escribe Javier Sánchez Novoa
MERCADER Consultora en Gestión Veterinaria.
javier.sanchez@consultoramercader.com.ar
¿Por qué hablamos del cambio? El cambio es necesario e incluso inevitable en cualquier empresa, en la vida. Te pregunto, ¿vos sos igual que hace 10 años atrás?
¿Tu veterinaria es la misma desde el comienzo? ¿Y tu cliente es el mismo?
Muchas preguntas, pero seguramente una sola respuesta que las atraviesa linealmente, y es el no.
¡Claro que no!
El cambio es constante y natural. Y en las organizaciones pasa lo mismo, no podría ser de otra forma, entonces el mejor camino no es la resistencia. Navegar en contra del viento nos consume energía, recursos y sobre todo nos genera angustia y preocupación.
Hasta acá la idea es desterrar el temor al cambio, porque es algo natural, entonces ¿por qué nos cuesta generar un cambio real en el tiempo e introducir metodologías de trabajo en la veterinaria?
Se habla constantemente de la gestión del cambio organizacional, ¿pero es tan así?
Efectivamente sí, incluso en una clínica veterinaria. Cuando hablamos de gestionar el cambio nos referimos a romper paradigmas, a pensar corriéndonos del lugar donde estamos para poder desarrollar una observación desde afuera.
Te pongo un ejemplo súper gráfico. ¿Qué pasa cuando enfocás una linterna hacia el piso? ¿Y si separás un poco más la linterna del piso? El foco se amplía, alumbra mayor superficie y podés ver donde antes no veías. Eso es lo que tenés que hacer con tu empresa, poder tener una visión general porque puede ser que te estés perdiendo de algo. Ahora dejemos la linterna apagada para que no se agoten las pilas y sigamos.
Es el momento en el que tenemos que preguntarnos por qué a veces nos cuesta tanto cambiar un comportamiento, esto lo ves en tus colaboradores, en tus colegas, en vos mismo cuando tenés que diseñar e implementar un proceso de trabajo.
Trabajar con gestión te posiciona en estos lugares de observación y búsqueda de mejoras, pero para eso muchas veces hay que evolucionar como empresa y es necesario correrte de ahí. Sí, es momento.
Exploremos alguna de las razones aparentes que nos hacen resistir al cambio:
- Temor a lo nuevo: nos da miedo la incertidumbre de lo desconocido, esta es una de las grandes razones de la resistencia al cambio, razón que muchas veces no la queremos aceptar. Te pongo un ejemplo, vos sabés que tenés que trabajar con el sistema de gestión, pero el temor a lo nuevo te frena, en el fondo sabés que es necesario pero igual sentís una resistencia natural.
- Está naturalmente instalada en nuestra mente: muchas veces y erróneamente se dice “así lo hice siempre”, o “no va a funcionar” ¡Pero si nunca lo intentaste!
- Somos un poco cómodos: muchas veces nos resistimos a modificar nuestro accionar por comodidad. Es más, nuestro cerebro es perezoso, lo nuevo lo desestructura.
- La ignorancia: esta razón se encuentra justo al lado del temor a lo nuevo, el no conocer técnicas y herramientas de gestión hace que puedas tener temor a cambiar una metodología de trabajo.
- Los prejuicios: esta es una de las razones claves, muchas veces el prejuicio ante el marketing y la gestión veterinaria hace que no te permitas dar ese paso más con tu empresa, muchas veces por una visión distorsionada del tema.
- Autoestima como profesional: las emociones son todo y muchas veces me encuentro en las consultorías con profesionales que tienen muy disminuida su autoestima y se ponen un condicionamiento mental desde el inicio “no voy a poder, prendo la compu y me nublo…”
- La pérdida de control: esta situación te puede dejar en un lugar incómodo. Te pongo un ejemplo, sabés que es muy importante que te reúnas con tu equipo pero puede ser que tengas que enfrentarte con mensajes que pueden no ser de tu agrado, sentís que la reunión se te va de control y eso no te gusta, por eso puede ser que sientas resistencia al cambio.
Lo más importante es saber que se puede salir de esta situación y que tenés herramientas para poder aplicar.
Cambio aparente vs cambio real
Vamos a ir transitando el camino para desanudar los orígenes, entonces me gustaría diferenciar entre dos tipos de cambio: el aparente y el real.
Vamos a nombrarlos tipo de cambio A y tipo de cambio B, respectivamente.
Para ilustrar, voy hacer que viajes en el tiempo hacia el pasado y recordemos juntos al dibujo animado del coyote y el correcaminos ¿Qué tendrá que ver esta caricatura? Mucho.
La problemática del coyote era capturar al correcaminos pero siempre, por un motivo u otro, fallaba y terminaba lastimado y frustrado. Entonces se sentaba, hacía planos con tácticas y estrategias que parecían infalibles pero nunca llegaban a buen puerto.
Pero ante esta situación seguía intentándolo una y otra vez convencido de que en el próximo encuentro lograría atrapar al correcaminos. Vamos a identificar algunas características de este aparente tipo de cambio del comportamiento como tipo de cambio A.
Tipo de cambio A:
En este caso el coyote sigue haciendo lo mismo, utiliza siempre la misma marca (ACME), se autoengaña pensando que lo va a lograr, pero no cambia de rumbo, sigue enfocando su día a día haciendo lo mismo y frustrándose. Incluso podría cambiar su alimentación y no lo hace, podría probar otras opciones y no lo hace. Es decir, no se da la oportunidad de probarlo, la búsqueda del cambio es aparente pero no real.
Tipo de cambio B:
¡Finalmente el coyote logra atrapar al correcaminos! Pero… ¿modificó en algo su comportamiento? ¡Claro! Dejó de usar las locas herramientas de ACME, tomó riesgos, cambió la metodología, se permitió dudar, afrontó las consecuencias del cambio, venció la incertidumbre, pasó la zona de confort y transitó hacia la zona de aprendizaje. ¿Lo logró? Claro que sí, solo pintó una pared como si fuera un túnel para que el correcaminos chocara. Lo logró luego de décadas de esfuerzo en vano.
Ahora volvemos al presente luego de esta analogía divertida (por lo menos para el coyote). Si observamos detenidamente la historia vamos a encontrar similitudes al momento de pensar el cambio organizacional, o el cambio que pueda estar necesitando un colaborador tuyo en la empresa o incluso vos mismo, donde debés plantearte un cambio en la gestión de tu veterinaria. Como verás, el “cambio” es inevitable. Es parte de la evolución, lo más importante es poder entender el fondo de este proceso para poder superarlo positivamente, para esto tenés que trabajar en:
- Vencer el temor a lo nuevo, que es natural ya que siempre vamos a preservarnos ante lo desconocido. Para vencer este temor es importante poder conversar con otros colegas que estén en el proceso, solicitar una opinión a un consultor que te ayude a pensar juntos el cambio y la forma más apropiada para vos y tu empresa.
- Salir de la zona de confort. Si antes se hacía así puede ser que ahora no lo tengas que realizar de la misma manera. Pensá en la comunicación, ¿antes el cliente tenía el mismo comportamiento? ¿existía el mismo vínculo con las mascotas? Es necesario correrte de ese lugar y readaptar los procesos de tu empresa veterinaria.
- Dejar de lado los prejuicios, tu profesión también necesita ser comunicada y comercializada, es tu medio de vida y no hay nada antiético en eso. Trabajar con técnicas de gestión veterinaria te hace más rentable y construye una imagen profesional aún más positiva ante tus clientes actuales, los potenciales y con la competencia.
- Trabajar la autoestima, gran punto. Vos podés generar un cambio real, si pudiste llegar adonde estás hoy luego de años de formación, podés aprender todas las técnicas necesarias para hacer crecer tu empresa veterinaria a través de recorrer un camino de cambio organizacional.
- Generar un cambio real y trabajar conscientemente con herramientas de gestión con tus equipos de trabajo, pequeñas modificaciones generan grandes cambios en el tiempo. Solo hay que dar ese primer paso, auto observación… ¿Qué puede mejorar de cada área/servicio en mi veterinaria?
Ahora lo que falta es que vos elijas qué tipo de cambio querés transitar y elegir ser el coyote que nunca pudo capturar al correcaminos porque no sale de un círculo tomando las mismas decisiones o el que afrontó los riesgos, la incertidumbre y salir de la zona de confort para atrapar al correcaminos.
Dale una oportunidad a la gestión veterinaria, te invito a realizar el Test de Gestión Veterinaria de la edición N° 66 de esta Revista 2+2 que se puede consultar en aquí para conocer la necesidad de trabajar con la gestión veterinaria en tu empresa.
¡Cuántos golpes le habríamos evitado al coyote!