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COMUNICACIÓN

Leptospirosis canina: consideraciones de alto valor

Cuando se vacuna por primera vez contra los serovares más prevalentes, se requieren dos dosis con un intervalo de entre 15 a 30 días. La revacunación debe ser anual.

Escribe Pablo J. Borrás
Vet. Esp. MSc.
pablojesusborras@gmail.com

La leptospirosis es una problemática sanitaria a nivel mundial.
Es una enfermedad zoonótica producida por bacterias del género Leptospira. Actualmente se clasifican desde el punto de vista genético en patógenas, no patógenas y de patogenicidad indeterminada.
Sin embargo, la clasificación por serovares sigue vigente y es fundamental desde el punto de vista epidemiológico.
Las personas y los animales que entran en contacto con las leptospiras en el medio ambiente pueden infectarse a través de la piel erosionada y/o por mucosas (puerta de entrada). Se debe tener en cuenta que los animales domésticos y silvestres infectados actúan como reservorios (es decir, son los que mantienen la enfermedad en el ambiente).
Dentro de los reservorios, los principales son los roedores. Estos no enferman, pero eliminan por tiempo prolongado, a través de la orina, las leptospiras.
Los perros también pueden actuar de reservorio, eliminando leptospiras a través de la orina en ausencia de signos clínicos. Por su estrecho contacto con las personas con las que conviven, los caninos pueden ser causa de enfermedad en el humano.
En áreas urbanas los animales involucrados son los roedores y los caninos.
La enfermedad en los perros se caracteriza por la presencia de un síndrome febril, enfermedad renal aguda y, en ocasiones, injuria hepática. También pueden existir otros signos clínicos en los perros como hemorragia pulmonar, alteraciones en la coagulación, uveítis, trastornos reproductivos y arritmias, como consecuencia de una miocarditis.

A las pruebas

Los métodos diagnósticos específicos de la leptospirosis canina incluyen cultivo, PCR y serología, siendo la técnica de elección, el MAT. La prueba de MAT (microaglutinación en tubo) tiene como fundamento realizar sucesivas diluciones del suero problema con el objetivo de detectar aglutinación cuando se lo enfrenta a diferentes serovares de Leptospira.

No hay evidencias científicas de que sea necesario revacunar contra la leptospirosis cada 6 meses

Se deben solicitar siempre dos muestras con intervalo de 15-21 días entre ellas para detectar la presencia de seroconversión.
Es decir, un aumento de al menos cuatro veces el titulo entre una muestra y otra.
Lo importante de esta enfermedad es que podemos prevenirla mediante la vacunación.
Independientemente de la edad del perro, cuando se vacuna por primera vez contra los serovares más prevalentes de leptospirosis, se requieren dos dosis con un intervalo de entre 15 a 30 días entre ambas vacunas. La revacunación debe ser anual, ya que no hay evidencias científicas de que sea necesario revacunar cada 6 meses (WSAVA 2015; 2020; Schuller et al., 2015). Este esquema incluso se debe aplicar de esta manera en perros que viven en zonas de riesgo de contraer la enfermedad.
La vacunación contra leptospirosis en nuestra región es fundamental, donde cuidamos no solo al paciente canino sino a toda su familia.

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