Frente a nuevos contextos, la actividad de las veterinarias requiere una serie de cambios e innovaciones para aprovechar los buenos tiempos que se avecinan.
ROBERTO DUGHETTI
De cara a los últimos meses del año, consideramos aquí algunos de los hechos y cambios relevantes que nos permiten ser optimistas para el rubro veterinario en el futuro inmediato.
Cambios culturales en la demanda
El protagonismo de las mascotas en la sociedad se ha convertido en un fenómeno cultural cada día más afianzado.
La transformación social ha impulsado la conformación de distintos grupos familiares heterogéneos pero que, tanto en los casos de hogares unipersonales, de parejas sin hijos, personas mayores en soledad, como en adultos con hijos pequeños, tienen un denominador común: depositan en la mascota afecto y deseos de bienestar por muchos años, asignándoles el rol de un miembro más de la familia o “un hijo”.
Tal humanización de las mascotas promueve –cada vez más- un contacto ambiental permanente y determina que se compartan espacios en forma cada vez más estrecha.
Esta situación lleva a que los propietarios requieran otro tipo de controles y estén más dispuestos a invertir en la salud de sus mascotas, incrementándose -al mismo tiempo- la responsabilidad del veterinario en cuanto a evitar las zoonosis o minimizar los riesgos de contraerlas. Esa mirada es extensiva tanto a las enfermedades infectocontagiosas y los esquemas vacunales para evitarlas, como a las medidas terapéuticas para combatir las parasitosis internas y externas.
La profilaxis, la frecuencia de tratamientos preventivos y los sistemas de control exigen una actualización profesional constante, más aun, con el advenimiento de nuevos recursos terapéuticos y cambios de paradigmas en los protocolos actuales.
La nutrición avanza hacia una especificidad cada vez mayor para satisfacer las necesidades especiales de razas, categorías o situaciones particulares en cada especie y pone a disposición de los propietarios alimentos más sofisticados, fomentando el crecimiento de la categoría.
Concomitantemente, hay una creciente demanda del servicio de baños y peluquería, tanto por razones higiénico-sanitarias así como por aspectos cosméticos, con el propósito de mejorar la calidad de la convivencia descripta. Con este mismo sentido hedonista también se incrementará la rotación en los segmentos de juguetes, entretenimientos y golosinas.
Un mensaje claro: contención y confianza, los factores de éxito
En los últimos tiempos se ha incrementado el debate en cuanto a cuál es y será el formato de negocio más rentable para las clínicas veterinarias: ¿Se debe tener una mayor o menor superficie? ¿Habrá que estar más cercano a las características de una veterinaria, un pet shop o a un hospital veterinario?
Más allá de esta disyuntiva y frente a la mencionada necesidad de incorporar nuevos servicios, el verdadero desafío debería pasar por dar mensajes profesionales más claros hacia los clientes actuales y potenciales. Una forma de hacerlo podría vincularse a que las áreas de los locales estén categóricamente separadas y el espacio médico conserve características estrictamente profesionales.
Quizás la restricción de espacio no permita solucionar todas las necesidades de productos y servicios que demandan los clientes pero será clave que, además de la práctica médica, los sectores de farmacia, venta de alimentos balanceados, peluquería o venta de mascotas sean brindados adecuadamente y no generen un ruido comunicacional que deteriore la imagen profesional.
El cliente debe tener claro “qué somos” y “qué hacemos”, cómo damos respuesta a sus necesidades y cuál es la propuesta de valor. La contención y la confianza en la medicina veterinaria son dos de los aspectos más críticos en el éxito del modelo de negocio, cada vez tienen mayor importancia y son los más complejos de hacer tangibles.
En ese sentido, crecer puede significar “hacer mejor” en lugar de “hacer más” y en ese camino se encuentran avanzando muchos profesionales.
Es polémica también la posible actividad comercial de venta de mascotas, génesis de un debate del sector con implicancias sociales. El público ya no desea ver a los animales en jaulas de dudosa higiene y hacerlo motiva en los consumidores una carga emocional negativa, capaz de generar una repulsa o rechazo del lugar. Los planes de rescate y adopción de algunas organizaciones, así como la creciente venta virtual de mascotas de raza parecieran haber producido una merma de esta actividad en los locales comerciales.
La necesidad de medir todo: facturación, rentabilidad y costos
El veterinario debe entender que algunos aspectos de su negocio funcionan de una manera similar a la medicina y por ello, como un hecho científico, no se debería resistir a ciertas prácticas.
Así como la glucemia, el hematocrito, el nivel de las enzimas hepáticas o la frecuencia cardíaca son parámetros que advierten el funcionamiento de órganos o sistemas, existen una serie de indicadores de gestión que, también, se convierten en signos vitales dentro de su organización o microemprendimiento comercial.
El monitoreo de los mismos -junto con los “síntomas” que proceden del desarrollo de las actividades- le permitirán obtener un diagnóstico, efectuar las correcciones necesarias (“tratamiento”) y así mejorar el “pronóstico”, como futuro de su veterinaria.
Para ello, se debe contar con un número mínimo pero posible de indicadores que garantice obtener información constante y precisa: cantidad de pacientes atendidos, facturación por cada sector del negocio (consultorio, farmacia, cirugía, internación, alimentos balanceados, accesorios, peluquería , etc.), rentabilidad de cada una de las categorías, índice de retorno en recordatorios de vacunas o tratamientos, número de cirugías efectuadas, cantidad de nuevos clientes, valor del stock o existencias valorizadas, gastos totales / facturación total, costos fijos, costos por actividad (por ej. delivery, comunicaciones, desecho de productos por caducidad), entre otros.
Cada vez es más necesario trabajar con objetivos medibles y evaluar el grado de cumplimiento de los mismos.
En el caso de las metas a alcanzar, los indicadores pueden ser: números, medidas, encuestas, fechas para la concreción de un suceso que, en definitiva, aisladamente o en conjunto señalen y permitan conocer situaciones específicas, el progreso de la actividad y la necesidad de llevar a la práctica eventuales modificaciones.
El rol de los nuevos productos. ¿Cuál será la postura del veterinario en relación a los antiparasitarios externos?
Permanentemente, y con marcada acentuación en los últimos años, la industria nacional e internacional desarrolla e innova con nuevos productos o formas farmacéuticas en zooterápicos. Algunos ejemplos tienen que ver con los antibióticos, los nutracéuticos, el manejo del dolor, las formas anestésicas y, ostensiblemente, con los tratamientos antiparasitarios externos e internos.
Si bien las compañías multinacionales son muchas veces responsables de la introducción de nuevas moléculas, los laboratorios locales han logrado inteligentes asociaciones de principios activos y modos de administración, combinaciones palatables que han transformado al mercado argentino de zoofármacos en un sector dinámico y propositivo, con llegada a muchos países dentro y fuera de la región.
Como quiera que sea, los nuevos principios activos, las combinaciones de drogas y las nuevas formas farmacéuticas pueden generar algunos cambios de paradigmas y ya lo están haciendo.
El ya descripto contacto entre mascotas y miembros de la familia demandará mayor compromiso por parte de los profesionales veterinarios como indelegables protagonistas del manejo y control de las zoonosis. Este cambio cultural debe actuar como disparador de nuevos protocolos de tratamiento y pondrá al profesional como un ineludible responsable en forma directa o indirecta de su cumplimiento
Esta diversidad donde confluyen productos que, a priori, compiten por comunicar beneficios que parecen superadores unos de otros, representa más que eso: constituyen nuevos recursos para ejercer mejor.
Al igual que un relojero o un excelso cirujano, el médico veterinario elegirá la herramienta o combinación más adecuada, poniendo de relieve el resultado que deseará obtener tanto él como quien es el portador de su paciente.
Roberto Dughetti
Médico Veterinario (UBA 1981). Director comercial en Co Panacea S.A. Curso completo de Master en Marketing Estratégico (UCES 2005 – 06). E – mail: roberto.dughetti@panacea.com.ar.