Desde Córdoba, una clínica de Oro para los gatos - Mi Negocio Veterinario
MNVet – Descargar Impreso – Main
HomeEdición ImpresaDesde Córdoba, una clínica de Oro para los gatos

Desde Córdoba, una clínica de Oro para los gatos

La clínica de Eva Inguerman recibió, a fines del año pasado, la certificación Cat Friendly Gold. Por el momento, es la única del país. En pocos meses, los resultados ya están a la vista.

Guadalupe Varelli
guadalupe@motivar.com.ar

La ciudad de Córdoba es el escenario donde transcurre esta historia, la de Eva Inguerman, una mujer de 40 años que diseñó y puso en marcha la clínica veterinaria a la que le hubiera gustado llevar a sus mascotas.
Se recibió hace tres años de médica veterinaria en la Universidad Nacional de Río Cuarto y desde entonces trabaja en este proyecto. “Diseñar la clínica me llevó casi un año y medio, abrimos en diciembre de 2018”, contó en entrevista con esta Revista 2+2.
La Clínica Veterinaria Eva Inguerman atiende emergencias las 24 horas. Cuenta con un staff de 25 personas, entre ellas ocho veterinarios, recepcionistas, administrativos, comerciales y estudiantes del último año de la carrera que hacen prácticas allí.
“Me parece importante que haya personas dedicadas a cada una de las diferentes tareas para que los veterinarios puedan hacer su trabajo como médicos, para que realmente puedan estar pensando en cuál es el mejor tratamiento para cada paciente”, enfatizó Inguerman.
La clínica tiene una sala de shock room para tratar emergencias y un quirófano aislado, con estrictas normas de asepsia y desinfección, que permite atender felinos sin correr el riesgo de que sientan olores de una cirugía anterior. Es gracias a este quirófano que pudieron obtener la categoría Gold de la certificación Cat Friendly, por el momento la única en el país.
Por otra parte, los pacientes internados son controlados cada 20 minutos -por eso las guardias se hacen de a tres personas- y la clínica está monitoreada por cámaras. También hay peluquería, spa y ozonoterapia.
Inguerman nos da la clave de su inspiración: la empatía. “Mis ideas vienen de pensar cómo me hubiera gustado que traten a mis mascotas cuando estuvieron internadas y cómo me hubiera gustado que me traten a mí como empleada”, explicó.
“Siempre pensé que cuando tuviera mi propia clínica los gatos iban a tener su espacio”, comentó la veterinaria. En pos de este objetivo, puso en práctica todo su conocimiento en medicina felina y las recomendaciones de la práctica Cat Friendly (CFP) (ver recuadro). Esta Revista 2+2 conversó con ella para conocer más sobre su experiencia.

Revista 2+2: ¿Por qué es importante pensar en el bienestar de los gatos en la consulta?

Eva Inguerman: El estrés en los gatos tiene muchas consecuencias. Aumenta los días de internación, dificulta los análisis de sangre y la bioquímica. Un buen manejo de los gatos te permite revisar mejor los signos clínicos.
También te beneficia al momento de hablar con el dueño, porque se siente más seguro y no tiene miedo de que su gato salga lastimado.

Cuando abriste la clínica, ¿lo hiciste pensando en la práctica Cat Friendly desde el comienzo?

La idea estuvo desde el comienzo, pero no la certificación, que la obtuvimos recién a fines del año pasado.
Cuando abrimos, teníamos internación exclusiva para gatos, sala de espera separada y usábamos uno de los seis consultorios con prioridad para gatos. Cuando tomé la decisión de pedir la certificación CFP tuve que incorporar un consultorio exclusivo para gatos.

¿Qué otras cosas tuviste que adecuar para obtener la certificación?

En primer lugar, tuvimos que cambiar el color de las jaulas de internación. Eran blancas y ahora son violeta oscuro, porque los colores oscuros estresan menos a los gatos.
El consultorio exclusivo para gatos tampoco puede ser blanco, es de color trigo.
Además, arriba de la camilla tenemos una manta rellena con hierba gatera, que los tranquiliza. También hay una almohadita y juguetes con hierba gatera para ellos.

En las fotos se ven una rampas, ¿qué función cumplen?

Según la certificación CFP hay que proporcionarles a los gatos algún lugar al que se puedan trepar cuando salen de la transportadora para que puedan mirar la sala desde arriba y se sientan más tranquilo. Entonces, mientras el veterinario conversa con el dueño sobre el motivo de la consulta, el gato se puede trepar y relajar con la sensación de control que le da ver la situación desde arriba. Las rampas tienen que estar en altura pero al alcance del veterinario.
Además, a la noche, durante la guardia, dejamos jugar a los gatitos que están internados pero que ya se sienten mejor, aunque eso depende del carácter del gato, porque si es muy miedoso eso lo puede estresar más todavía.

¿Cuál es tu balance de los últimos meses?

A pesar de que todavía no hace un año desde que tenemos la certificación, ya vimos resultados. Los dueños de los gatos prestan mucha atención a cómo es el trato con su mascota, y cuando ven que tenemos un manejo distinto para gatos que para perros se sienten más cómodos y te recomiendan. Incluso en este contexto de aislamiento social aumentó mucha la cantidad de pacientes felinos. También aumentaron las internaciones porque hay menos reticencia de parte de los dueños a dejar a su gato cuando ve que tiene su propia zona y un cuidado especial.

Entonces ¿la inversión vale la pena?

Sí, desde los dos puntos de vista. Desde al lado económico, vale la pena porque atrae más clientes, y desde el punto de vista médico, vale muchísimo la pena porque es impresionante cómo cambian los niveles de éxito que se alcanzan en los tratamientos.
Todos estos detalles, los juegos, el sonido, las feromonas, tomarte el tiempo para pensar qué les gusta a los gatos y que no, realmente hacen la diferencia.

Un buen ambiente para pacientes y clientes

Estas son algunas de las medidas puesta en práctica en la Clínica Veterinaria Eva Inguerman para crear un ambiente que sea confortable tanto para los perros como para los gatos:

  • En toda la clínica hay música funcional. “Descubrimos que la misma música que les gusta a los gatos les gusta a los perros: la música clásica, Beethoven, Mozart. No tengo bibliografía que me apoye, esto que te digo es solo desde la experiencia, pero descubrimos que la música relajante con ruido de agua, animales y naturaleza los ponía en alerta, no nos dio el mismo resultado”, describió Inguerman.
  • Hay difusores de feromonas de gatos en los ambientes.
  • Las jaulas de internación están divididas en dos pisos para que pueda tener acceso a altura. Tienen una puerta de vidrio oscuro y otro de vidrio claro. Así los gatos pueden esconderse en la parte oscura y sentirse protegidos.
  • La sala de espera de gatos está antes que la de los perros. Allí hay un espacio para apoyar las transportadoras en altura. Si no tienen una propia, hay kennels disponibles. Si el gato está muy nervioso, se lo ubica mirando contra la pared. “Como él no te ve a vos asume que vos tampoco sabés que él está ahí”, explicó la doctora.
  • En el área de internación, hay una pileta para higienizar a los animales y sus elementos para que nada salga de ese espacio ni se contamine con los olores del resto de la clínica. También se usan termómetros y estetoscopios exclusivos para gatos. “Su olfato es impresionante y si usás un termómetro que usaste con un perro ellos lo sientes y perdés todo lo que ganaste con todos los cuidados que tomaste hasta ese momento. Hay detalles que son pequeños, pero hacen una gran diferencia”, detalló Inguerman.
  • Se trabaja en un ambiente silencioso para no estresar a los gatos. En este mismo sentido, se incorporó un medidor de presión silencioso para que no sea justamente el ruido del aparato el que le haga subir la presión por el miedo y el estrés.

Comentarios

COMPARTIR:
Valoración: