@aba_luciano
luciano@minegocioveterinario.com
Ansiedad, incertidumbre, algunos éxitos y muchos miedos.
Estas emociones o sensaciones, como quieran llamarlas, son las que nos invaden a todos aquellos que tenemos la responsabilidad de llevar adelante una empresa en los tiempos que corren.
Esta máxima aplica para muchos negocios veterinarios, pero particularmente para la actividad veterinaria, en tiempos de recesión económica e inflación.
Pero también aplica para quienes no son propietarios de estos emprendimientos, quienes también comienzan a ver –en muchos casos- que los ingresos a las veterinarias ya no eran los que fueron.
La realidad es compleja para todos, pero sin dudas que también plantea algunas oportunidades, sobre todo para aquellos que ya venían desarrollando una buena gestión y planificación de sus empresas.
Desafíos y oportunidades, pero en el medio, siempre una variable en común: el orden.
Así es, tal como verán en esta edición de nuestra Revista Mi Negocio Veterinario y para quienes aún no lo hayan hecho, llegó el momento de parar la pelota, pensar y organizarse.
¿Cómo es esto?
Claro, en el frenesí del día a día… de la atención, de las consultas, de la facturación y de los pagos, las prioridades se distorsionan y es siempre mucho más fácil seguir el ritmo que otros nos proponen antes que plantear nuestra propia agenda.
En el medio del contexto actual, ¿no tenés un diagnóstico claro en cuanto a los ingresos y egresos de tu veterinaria? Estás en problemas.
Como lo estarás si tu emprendimiento no logra cumplir con buena parte de los puntos que se destacan en nuestra nota de tapa “¿Cómo se siente tu veterinaria?”, en la cual te planteamos una suerte de Checklist para que puedas diagnosticar tu situación actual y medianamente proyectar acciones que te permitan consolidarla o mejorarla, según corresponda.
Adoptar las recomendaciones
Por medio de las notas, entrevistas y análisis que compartimos con todos ustedes en esta primera edición impresa de 2024, podrán tomar contacto con una serie de referentes y pares, que proponen alternativas para solucionar los problemas y desafíos que los veterinarios de Argentina y otros países de América Latina enfrentan en su día a día.
¿Y con eso alcanza? Claro que no, es solo el disparador para tomar la decisión más difícil de todas: alejarnos del día a día y decidir ponerle orden a lo importante. ¿Quién pudiera, no? Pero ¿qué es lo importante?
A nivel general podríamos hablar de 3 factores imprescindibles.
1. Definir y dar seguimiento a los indicadores básicos que muestran el desempeño comercial de la veterinaria.
2. Establecer estrategias de atención a los clientes para cuidarlos, mimarlos y lograr que vuelvan.
3. Plasmar una estrategia que permita darle visibilidad a la propuesta de valor de tu veterinaria, para diferenciarte de la competencia.
¿Cómo hago esto? ¿Qué es la propuesta de valor? Tomate unos minutos y lee esta nueva edición de Mi Negocio Veterinario. Vale la pena.