¿Cuánto tienen en común un equipo de fútbol y una Veterinaria? - Mi Negocio Veterinario
MNVet – Descargar Impreso – Main
HomeColumnistas 2+2¿Cuánto tienen en común un equipo de fútbol y una Veterinaria?

¿Cuánto tienen en común un equipo de fútbol y una Veterinaria?

Trabajar en equipo es así de simple… Te sorprenderás al descubrir que las claves para ganar cada partido son las mismas al comparar ambas profesiones.

Escribe Javier Paoloni
Director Veterinaria Vida, Río Cuarto, Córdoba.
veterinariavida@hotmail.com

¿Cómo ganar un campeonato de fútbol? Formando un buen equipo.
¿Cómo gestionar una veterinaria exitosa? Formando un buen equipo.
En el trabajo en equipo está la clave de éxito de cualquier organización.
Ningún campeonato de futbol se ganará si al equipo lo conforman once arqueros u once defensores y ni siquiera se lograrán éxitos si el equipo está formado por once “Messis”.

Los enemigos no son “el equipo contario”, ni lo es la situación económica reinante, ni la inflación…; el peor enemigo en la veterinaria es el individualismo y el egocentrismo extremo de los integrantes.

Un equipo veterinario no alcanzará el éxito si lo conforman once cirujanos u once anestesistas u once clínicos por más empáticos y simpáticos que sean. Una veterinaria no conseguirá grandes avances con “11 Ettingers”.
Conseguirá éxitos si se conforma un equipo con profesionales con capacidades diferentes, con velocidades diferentes, con ideas diferentes pero que, en esa diversidad…, en esa pluralidad de opiniones, consigan una respuesta compacta, consensuada y defendida por todos.
Es función primordial del líder conseguir homogeneidad en la respuesta dentro de la heterogeneidad de ideas y pensamientos.
Los enemigos no son “el equipo contario”, ni lo es la situación económica reinante, ni la inflación, el peor enemigo es el individualismo y el egocentrismo extremo de los integrantes.
¿Se imaginan un equipo donde el arquero se cree más importante que todos porque en las estadísticas tiene la valla menos vencida? ¿O el 9 se cree el mejor y más importante porque es el goleador del equipo?
¿Qué pasaría con ese equipo?
Preguntemos entonces, dentro de la veterinaria, ¿qué pasaría si el cirujano se cree más importante que el anestesista? ¿qué pasaría si el oncólogo se cree más importante que los clínicos que tratan día a día a ese paciente?
¿Qué pasaría si el clínico de la mañana está peleado con el de la tarde? Las respuestas son más que claras y todos las conocemos.
Cuando esto pasa, todos pierden: los pacientes, los clientes y la clínica veterinaria. No hay ganadores cuando el individualismo prima.
Es así de simple: cuando gana el individualismo, pierde el equipo.

11 + 1

Un equipo de fútbol tiene once jugadores y un director técnico. Son doce. Como doce son las claves del éxito en el trabajo en equipo que les propongo pensar de aquí en adelante.

1. Construir confianza

Conocerse y conocer todas las fortalezas y debilidades de los compañeros para ayudarse mutuamente. Crear espacios de respeto, escucha plural, contención y libertad para expresar ideas.

2. Objetivos claros

Todos deben conocer el objetivo, que debe ser tangible y se debe alcanzar en un periodo determinado de tiempo.

3. Aceptación

Entrenaré, dormiré bien y haré mi mejor esfuerzo en cada partido, pero tendré que aceptar que a veces el objetivo no se alcanza.
Ni el Barcelona de Messi gana todos los partidos.
Estudiaré, asistiré a cursos, jornadas, talleres, perfeccionaré mis habilidades médicas, pero aceptaré que a veces no conseguiremos salvar a ese paciente, aun haciendo el máximo esfuerzo. Ni el Hospital de la Universidad de Davis salva a todos los perros o gatos que le llevan.

4. Disfrutar el viaje

Disfruto cada entrenamiento, cada viaje, cada almuerzo con mis compañeros, cada partido. Disfruto cada día, cada consulta, cada cirugía con mis compañeros. Cada momento es irrepetible. Nunca olvidemos que disfrutar el viaje puede ser parte del objetivo, porque, ¿de qué vale conseguir logros si sufrimos para conseguirlos? Rompamos paradigmas, basta ya de “pagar derechos de piso”, de “ganar el pan con el sudor de la frente”, basta ya de “sufrir para conseguir algo”.
Cambiemos, disfrutemos, seamos felices mientras alcanzamos los objetivos. Es así de simple: seamos felices no solo si ganamos el partido, seamos felices jugando el partido.

Equipo de trabajo en Veterinaria Vida de Río Cuarto, Córdoba.

5. Sentido de pertenencia

Sentirse parte del equipo, parte de la institución, sentir orgullo de pertenecer al equipo. Jugar para que los compañeros se sientan orgullosos de mí porque así me siento yo al jugar con ellos. Reciprocidad al extremo. Sentirse parte de la veterinaria, aprender cada día, porque el aprendizaje es una conversación, no un monólogo. Los monólogos nos acercan al individualismo y las conversaciones al colaboracionismo, al entendimiento, a la construcción de confianza. Un equipo motivado y con confianza gana la copa Libertadores, el mismo equipo desmotivado y sin liderazgo desciende a la “B”.
Es así de simple: un equipo veterinario que construye confianza consulta a consulta, cirugía a cirugía, internación a internación, brinda respuestas superlativas para pacientes y propietarios, que a la postre y por reciprocidad cargarán las baterías de la motivación de todos los integrantes.

6. Empatía

Entrenar el cerebro (neuronas espejo) para comprender qué siente o piensa mi compañero y tratar de responderle de la manera que él espera que yo responda. Reciprocidad al extremo. Si yo lo hago así, así lo hará él conmigo. Entrenar la agilidad emocional para darnos un espacio (unas fracciones de segundo) para responder a cada requisitoria de un compañero de equipo.
¿Responder? Sí. ¿Reaccionar? No.
Estas competencias socioemocionales del grupo de las interpersonales se entrenan, se mejoran y se eficientizan con el tiempo porque nuestro cerebro tiene capacidad de realizar neurogénesis y neuroplasticidad (también llamada plasticidad sináptica). Podemos crear hasta 10.000 neuronas por día, muchas de estas “noveles neuronas” migran, se ubican en la zona del cerebro estimulada y crean miles de conexiones en pocos meses, dando origen a nuevos circuitos neuronales que hacen cada día más eficiente la acción entrenada.
Un tiro libre, un córner, un penal, una jugada defensiva… todo se entrena y se mejora, la empatía también. Es así de simple: si voy al gimnasio y entreno mis bíceps, estos se hipertrofiarán y cada vez “levantarán más peso”. Si aprendo a escuchar y prestar atención a mis compañeros, mis neuronas espejo se multiplicarán y tendré el poder de brindar respuestas más empáticas.

7. Combatir el auto sabotaje

No puedo hacer esa jugada, estoy lento, no sirvo para eso, no me sale. Todo se antagoniza con disciplina y entrenamiento. Soy un tonto/a, soy un estúpido/a. No puedo anestesiar un Yorkie de 1,500kg, me da miedo, se me va a morir. Jamás podré operar un ligamento cruzado, es complicado, no me animo. Si lo queremos hacer, lo conseguiremos con disciplina y entrenamiento.
Es simple: no le permitamos a la única persona del mundo que nos puede poner límites mentales que nos los ponga. Esa persona somos nosotros mismos.

8. No criticar o subestimar el puesto de nadie

Generalmente criticamos el puesto en el que nunca hemos jugado. Es común que un delantero diga que jugar de defensor es fácil y viceversa.
Aquí quiero contar una historia cortita, hace muchos años jugué en un club donde el técnico, en una práctica, hizo jugar a los delanteros de defensores… y en 45 minutos sufrieron 5 goles. Los defensores se reían desde fuera de la cancha (en ese grupo estaba yo).
En el segundo tiempo los “risueños” defensores saltaron al campo de juego para hacerlo como delanteros… en 45 minutos no hicieron ningún gol (en ese grupo estaba yo). Los delanteros se reían desde fuera de la cancha.
Después el DT nos reunió a todos y no hicieron falta muchas palabras para entender que todos los puestos son importantes y que el que pierde es el equipo cuando nos subestimamos entre nosotros. Pocas veces he aprendido tanto del trabajo en equipo como esa tarde.
La recepcionista es tan importante como el clínico de más antigüedad, el cirujano tanto como el anestesista. Debemos enfocarnos en el trabajo en equipo con base en el corporativismo, igualitario y colaboracionista.
Todos somos importantes, todos somos buenos en los que hacemos. El liderazgo nuevamente aquí es la clave.

9. Responsabilidad y compromiso

El triunfo es de todos, la derrota también.
Si salvamos una gastroenteritis hemorrágica que llega a la consulta ante mortem, el logro es de todos, si muere, es responsabilidad de todos también, incluidos los propietarios (si es que lo llevaron tardíamente a la consulta).

10. Entrenar física y mentalmente

Físicamente para tener más fuerza, reacción y velocidad, mentalmente para aprender. Entrenar habilidades médicas y potenciarlas con gestión, comunicación y marketing. Comer sano y dormir bien en el deporte es fundamental, lo mismo que aprender a “respirar”. Es así de simple: el cerebro necesita oxígeno, glucosa y agua para funcionar de manera óptima en un partido de fútbol… y en la veterinaria también.

11. Aceptar el fracaso

Hemos creado una cultura del éxito, pero ¿qué pasa con el fracaso? ¿Qué tan malo puede ser fracasar si de ese fracaso se corrigen errores y se ganan 100 partidos? Alejémonos del exitismo, acerquémonos a la humildad, en la humildad están la serenidad y firmeza para tomar decisiones, en la humildad esta la capacidad de reconocer el error y corregirlo para ser mejores. Necesitamos una mezcla de disciplina y riesgos, dentro de estos riesgos está el fracaso.

12. Escuchar más, hablar menos

Es así de simple (aquí no hay nada que agregar) por eso Dios nos dio dos oídos y una sola boca. El problema es que generalmente hablamos como si tuviéramos dos bocas y escuchamos como si tuviéramos un oído (o muchísimo menos de un oído).
Reflexiones finales
Disfruto de hacer lo que me gusta, entiendo que no todos pensamos igual, no crítico, no juzgo, respondo, no reacciono, me tomo mi tiempo, acepto que no siempre conformaré a la totalidad del equipo, si tengo dudas, pregunto, me comunico permanentemente con mis compañeros, banco a muerte a mis compañeros, corrijo en privado, pondero en público, celebro logros y entiendo que el logro es del equipo, no mío, acepto el fracaso.
La felicidad está en hacer lo que nos gusta y hacerlo bien. Soy un veterinario que cree firmemente en el trabajo en equipo y en la conectividad colectiva.
Un equipo con conectividad colectiva brinda respuestas superiores a la suma de sus capacidades individuales. En la conectividad colectiva está la verdadera ventaja competitiva de una organización.
Todos somos importantes en un equipo veterinario, tenemos que jugar en el puesto en el que nos sintamos más cómodos y ser felices jugando cada partido, festejar cada triunfo y aceptar cada derrota. Veterinarios y futbolistas tenemos una gran semejanza: nos pagan por hacer lo que nos gusta, pero los veterinarios podemos jugar en primera 30, 40 o más años… los futbolistas no.

Trabajo en equipo: 12 claves para el éxito

Javier Paoloni compartiendo una de sus pasiones.

  1. Construir confianza.
  2. Fijar objetivos claros.
  3. Fomentar la aceptación.
  4. Disfrutar del viaje.
  5. Generar sentido de pertenencia.
  6. Lograr empatía.
  7. Combatir el auto sabotaje.
  8. No criticar o subestimar al otro.
  9. Responsabilidad y compromiso.
  10. Entrenar física y mentalmente
  11. Aceptar el fracaso.
  12. Escuchar más, hablar menos.

 

Más sobre javier Paoloni

Médico Veterinario (1996). Universidad Nacional Río Cuarto, Córdoba. Actividad desarrollada: Clínica General y Cardiología. Docente del Curso «Trayecto en Desarrollo Emprendedor» (UNRC). Diplomados en Competitividad para las Organizaciones del siglo XXI; en Gestión Empresarial y en Planeación Estratégica. Docente Cátedra Competencias Transversales para la formación de Ing. emprendedores (UNRC). Docente del Posgrado de Gestión y Marketing Veterinario en www.vetesweb.com.

Comentarios

COMPARTIR:
Valoración: