Eso decimos (o pensamos) ante alguna propuesta medianamente disruptiva incluso antes de terminar de escuchar.
@aba_luciano
luciano@minegocioveterinario.com
Muchos solemos decirles que no a las cosas incluso antes de ni siquiera probarlas.
Nos pasa con la comida cuando somos chicos, con algunas bebidas en la adolescencia y con innovaciones, de grandes.
No a todos, pero pasa.
“Eso no es para mí”, decimos (o pensamos) ante alguna propuesta medianamente disruptiva incluso antes de terminar de escuchar.
A veces por temor, otras porque “ya la vivimos”, por falta de tiempo o por presuponer que nos va a “complicar la vida”.
Ni lo intentamos. Nos quedamos tranquilos con eso de que alguien como nosotros con eso “no va a poder”. ¿Les suena?
El objetivo es mejorar
Todas y cada una de las notas, recomendaciones y ejemplos que generamos en esta nueva edición de Mi Negocio Veterinario no tienen como objetivo hacértela más difícil. Todo lo contrario.
Entendemos que el tiempo es un bien escaso y que, en su dinámica del día a día, a los veterinarios que gestionan sus emprendimientos se les esfuma de entre las manos, por decirlo de algún modo.
Como también les sucede a los profesionales que atienden a domicilio o a aquellos que trabajan en una o dos veterinarias todos los días al mismo tiempo.
Emprender no es fácil, pero se puede.
Y uno de los primeros pasos a dar tiene que ver con liberar la mente y escuchar, ver y percibir qué pasa a mi alrededor.
Si desde la agencia de autos me envía recordatorios para hacer el Service y lo hago… ¿cómo me va a molestar recibir un alerta de que tengo que volver a desparasitar a mi gato? Por el contrario, me ayuda, me ordena y, sobre todo, me hace volver a la veterinaria.
Y de eso va esta edición.
Hoy más que nunca el foco está puesto en lograr que los pacientes vuelvan con sus tutores a la consulta. Que no quede en un limbo la posibilidad de hacerlo o no hacerlo.
Hoy la gente está dispuesta, lo manifiesta y deja abierta la puerta a un diferencial tremendo que tienen las veterinarias en relación a otros jugadores del mercado.
¿Y cómo?
En primer lugar y tal como vimos en nuestra edición anterior, disponible en nuestro portal digital, así como también en el Instagram de @minegocioveterinario, identificando cuáles son esos puntos donde hoy le duele a tu veterinaria. Entendiendo dolor como falencia administrativa, de liderazgo, o de ventas, entre tantas otras que seguramente identificarás.
¿Y lueeego? A la acción, sin más.
Debemos dar por sentado que los clientes de las veterinarias no saben. No entienden y no tienen por qué hacerlo.
En esa supuesta debilidad está la fortaleza. Sobrados ejemplos verán en esta edición de profesionales que vuelcan todo su servicio a brindar información certera y comprometida, recibiendo a cambio más consultas, más ventas, más tranquilidad y pacientes en un entorno ya no de problemas, sino de prevención.
Si, de medicina preventiva. El mejor negocio para todos.
Animate, también lo es para vos y tu veterinaria.