El MV Federico Machín se convirtió en un referente en cirugía veterinaria y anestesiología en Uruguay. Su Clínica Veterinaria del Rhin está en pleno crecimiento gracias a una visión de gestión estratégica.
Desde sus primeros años de formación, el MV Federico Machín demostró una vocación clara por la medicina veterinaria. Su interés por la cirugía y la anestesiología lo llevó a especializarse en distintas instituciones de Argentina, Chile y España, adquiriendo conocimientos avanzados en el manejo del dolor, cuidados críticos y cirugía de tejidos blandos. Actualmente, es presidente de la Red Nacional de Veterinarios de Uruguay y un referente en la profesión.
Junto con su socia, la MV Victoria Demicheli, en 2013 fundó la Clínica Veterinaria del Rhin en Montevideo, un centro que, desde sus inicios, prioriza la atención especializada y el trato empático hacia los animales de compañía y sus dueños.
Hoy la clínica se encuentra en pleno crecimiento edilicio y de personal con la mira puesta en la gestión estratégica para que cada uno potencie su rol.
“Si yo me tengo que dedicar a la facturación y administración de la clínica, no solo lo hago a medias, sino que le quito tiempo al quirófano que es donde soy más rentable”, comenzó explicando Machín en diálogo con Mi Negocio Veterinario.
Por otro lado, en 2018, decidieron enfocarse en la medicina felina, asociándose a la International Society of Feline Medicine (ISFM) y logrando en 2021 la certificación Cat Friendly Practice Silver, un reconocimiento que garantiza condiciones óptimas para la atención de los gatos y la reducción del estrés durante las consultas.
“Este logro representa el esfuerzo y compromiso tenemos con la salud felina. Sabemos que los gatos requieren un manejo distinto y hemos adaptado nuestra clínica para brindarles el mejor servicio posible”, detalló.
Su modelo de gestión
Pero la práctica veterinaria no es solo el trabajo de estos profesionales.
Es que el éxito de la clínica se basa en un equipo de trabajo interdisciplinario compuesto por 4 veterinarios especializados en distintas áreas, además de asistentes capacitados en la gestión clínica.
Este modelo les permitió consolidar un servicio integral con consultas generales, cirugía avanzada y atención en anestesiología y manejo del dolor.
Cabe resaltar que en Uruguay existe la implementación de un sistema mutualista que permite a los dueños de mascotas acceder a consultas ilimitadas mediante una cuota mensual. Este sistema fue clave para fidelizar clientes y garantizar una atención accesible y continua. Además, la clínica cuenta con un servicio de urgencias tercerizado, brindando soporte 24/7 a los afiliados.
“Nuestro objetivo es que los clientes sientan la tranquilidad de que siempre habrá un equipo dispuesto a atender a su mascota cuando lo necesiten”, señaló Machín.
En ese sentido, la clínica implementó un enfoque proactivo en la educación de los tutores, promoviendo charlas, asesoramiento personalizado y seguimiento de los pacientes a través de consultas periódicas. “Creemos que educar al tutor es clave para prevenir enfermedades y garantizar el bienestar de los animales”, agregó.
Desafíos y estrategias
A lo largo de los años, la clínica enfrentó diversos desafíos, desde la gestión financiera hasta la necesidad de actualización tecnológica. Para optimizar recursos, el equipo trabajó en la planificación de inversiones estratégicas, aprovechando beneficios fiscales para la adquisición de equipos de última generación.
Otro aspecto fundamental en la gestión de la clínica fue el desarrollo de alianzas estratégicas con laboratorios y proveedores de insumos veterinarios.
La implementación de un software de gestión fue otro factor clave, permitiendo un control detallado de los inventarios, facturación y seguimiento de pacientes.
«Hoy la tecnología juega un papel esencial en la gestión veterinaria. Adaptarnos a estos cambios ha sido clave para seguir avanzando», afirmó Machín.
Crecimiento de la demanda
Machín destacó que la pandemia marcó un punto de inflexión en la medicina veterinaria. Con el crecimiento del vínculo humano-animal y el aumento de la demanda de servicios veterinarios, la clínica experimentó un incremento en consultas y procedimientos quirúrgicos.
Esto puso de manifiesto la necesidad de contar con un equipo multidisciplinario y de fortalecer el enfoque empático en la atención al cliente.
«El impacto de la pandemia nos demostró que nuestra profesión es esencial para muchas familias. La demanda de atención creció exponencialmente y tuvimos que adaptarnos a una nueva realidad», explicó.
Además, la clínica ha incorporado estrategias para el manejo del duelo, considerando el impacto emocional que genera la pérdida de una mascota. «No solo atendemos a los animales, también acompañamos a las personas en estos momentos difíciles», explica Machín, quien recientemente se capacitó en manejo del duelo y busca integrar apoyo psicológico para el equipo de trabajo.
El impacto de la pandemia también llevó a la revalorización de la medicina preventiva. Los clientes han mostrado un mayor interés en mantener la salud de sus mascotas a través de chequeos regulares y vacunaciones, lo que ha impulsado el desarrollo de planes de salud personalizados dentro de la clínica. «Notamos que la gente está mucho más consciente de la importancia de la prevención. Eso nos permite trabajar mejor y evitar problemas graves a futuro», manifestó Machín.
Proyectos de inversión
A través de distintos proyectos para pequeñas y medianas empresas del gobierno, lograron llevar a cabo una planificación para incorporar otros profesionales, tecnología, entre otras cosas. Entre toda la incorporación que se hace y el empleo que vas a dar con estos cambios, se genera una escala de beneficios que luego se descuenta de los impuestos.
“Gracias a eso logramos incorporar el laboratorio, una máquina nueva de anestesia de última generación, adquirimos equipamiento como el electrobisturí, una nueva mesa de cirugía, lámparas, un microscopio, etc.”, detalló Machín.
Además, adelantó que el próximo objetivo es dividir la clínica en dos plantas: arriba está el salón con los dos consultorios y se trasladará el laboratorio y abajo, en el subsuelo, hay una zona de prequirófano con unos caniles muy prolijos y el quirófano.
“Queremos llevar el laboratorio hacia arriba y, dentro de unos meses, queremos expandir la clínica hacia el local que está pegado y que corresponde a los mismos dueños. Esto nos va a permitir estar mucho más cómodos”, manifestó.
Tiempo rentable
Con la mirada puesta en el crecimiento, la próxima incorporación de la Clínica Veterinaria del Rhin, en cuanto a personal, es una persona exclusivamente administrativa. “Vemos las partes de gestión como un lugar a invertir y creo que tener una persona que lleve la facturación, los proveedores y que esté chequeando los precios, es de vital importancia”, resaltó Machín.
En ese sentido recordó que su principal error era no prestarle atención a lo no clínico e indicó que en varios países de Latinoamérica es una de las cuestiones que más les cuesta a los veterinarios.
“Lo hacemos a media y encima la hacemos mal. Pero ese tiempo a medias que debo dedicarle, hace que me saque mi tiempo más rentable que es estar en el quirófano. Ese es mi tiempo más rentable, en el que yo más produzco para la clínica y para mí”, manifestó el MV.
“Atendemos perros, gatos y personas”
Otro de los objetivos para este año es la incorporación de un psicólogo o para hacer, en ocasiones, terapia en grupo. “Uno no se da cuenta que muchas veces vive situaciones difíciles y se disocia para poder trabajar. Quiero que mi equipo tenga herramientas para ayudar y para protegerse también, para cuidarse”, detalló Machín.
Y agregó: “Con el tiempo entendí que, en realidad, nuestra razón de ser es la persona más que el animal. Muchas veces escuche decir que no valoran a la profesión, pero al que menos le importa es a uno porque no es consciente del impacto que hoy tiene”.
Por otro lado, resaltó el término de familias multiespecie y la importancia para esta nueva conformación. “Hay que entender que en realidad el perro o el gato que va con un tumor en la cara no va solo, sino que lo lleva una persona que está que está angustiada, que le preocupa, que sufre por ver al animal en esas condiciones.
Entonces nosotros somos los primeros que tenemos que ser conscientes de la responsabilidad que tenemos”, concluyó Federico Machín.