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¿Cómo arman sus equipos los veterinarios hoy en día?

En General Pirán. El MV Ernesto Freijes, avanza en su trabajo a campo acompañado ya por sus hijos.

¿Cuáles son los desafíos al momento de formar un grupo de trabajo? ¿Qué necesidad mueve a los profesionales a trabajar juntos? Compartimos tres casos bien distintos, con sus propias enseñanzas.

Escribe Antonio José Castelletti
MV. MBA. Zoetis Argentina
antonio.j.castelletti@zoetis.com

En las conversaciones entre veterinarios de grandes animales, muchas veces debatimos los pros y los contras de trabajar en equipo.
No a todos les sale naturalmente, pero la mayoría llega a un momento en que se plantea la necesidad de asociarse. Esta inquietud puede tener orígenes diversos.
Puede surgir de la necesidad de ampliar la oferta de servicios o productos, o de llegar a un mayor número de clientes.
También puede partir de la voluntad de empezar a dejar “trabajos de manga” para dedicarse a otro tipo de actividades.
En algunos casos, tiene que ver con dejar espacio de trabajo a la descendencia familiar.
Otras veces, se busca un socio que permita cubrir algunas debilidades, ya sean técnicas, de comunicación, o vinculadas con las instalaciones.
A la hora de formar equipos de trabajo se deben consensuar cuestiones personales y de criterios que luego se ponen en juego día a día.
Hay mucha teoría al respecto, pero quisimos conocer experiencias concretas, ¿qué dicen los veterinarios que ya han formado grupos de trabajo?
Para abordar este tema, entrevistamos a tres veterinarios de grandes animales de distintas localidades de la provincia de Buenos Aires, con proyectos bien diferentes.

Asociación de asesores. El Grupo CONPAS no para de crecer, sumando cada vez más integrantes.

Así fue que dialogamos con el MV Ernesto Freijes, de General Pirán, quien trabaja con sus hijos; el MV Ricardo Chayer, de Balcarce, fundador de CONPAS (una asociación de asesores); y el MV José Germán Luberriaga, quien trabaja en sociedad con el MV Juan Ignacio Charaf en Fortín Oeste, en la localidad también bonaerense de 9 de Julio.
Todos ellos coinciden en señalar que, además de las aptitudes técnicas que debe tener el socio o compañero, ya sea familiar o no, los valores o actitudes y habilidades son importantes para definir el perfil de la persona que nos va a acompañar en los trabajos.

De la conversación, también surgió la importancia que debe tener la comunicación entre las partes para ir armando criterios técnicos y una filosofía de trabajo consensuada para ofrecer solidez a las propuestas que se realicen a los clientes.
A continuación, compartimos la entrevista con los testimonios en primera persona.

¿Cómo es trabajar con tus hijos en la empresa familiar?

Ernesto Freijes: Para mí es muy lindo compartir la profesión con mis hijos.
Los tres eligieron ser veterinarios, y se dio la particularidad de que el grupo de trabajo se fue armando gradualmente porque se fueron involucrando desde chichos.
Al principio, como padre, tenía miedos, sentía la responsabilidad de haberlos metido en la profesión, porque es sacrificada y también tiene sus riesgos, pero creo que he hecho bien ya que es la más linda de todas.

¿Se plantean debates internos?

EF: Sí, por supuesto. Tenemos diferencias generacionales y de criterios. Además, el entrenamiento de tutor que he tenido con ellos, que es diferente justamente porque son mis hijos, ese deseo de que me superen o las ganas de evitarles cometer los mismos errores que yo, me llevó a que al comienzo los guiaba de manera excesiva. Con el tiempo me di cuenta de que puedo guiarlos, pero no manejarlos. Hoy, después de cinco años trabajando juntos, mi hijo Nicanor me ordena él a mí.

Es clave la permanencia en el tiempo dentro de los equipos, para lo cual es imprescindible hoy poder ofrecer perspectivas de crecimiento económico y profesional a los nuevos miembros que se suman, dejando de lado cualquier forma de egoísmo por parte de los integrantes con mayor antigüedad.

¿Qué cambió con la llegada de ellos a la veterinaria?

EF: La organización y el orden, especialmente en lo que hace a facturación y cobranzas, yo era bastante desordenado en este tema.
La llegada de la nueva generación nos permitió la incorporación de tecnología a la profesión que veníamos desarrollando.

Ricardo, tu caso es particular, sos uno de los socios fundadores de Consultores Pampeanos Asociados, un grupo de veterinarios y agrónomos que asesoran establecimientos ganaderos. ¿Cómo nació este proyecto?
Ricardo Chayer: En mi caso, la inquietud de trabajar en equipo surge de modelos que me marcaron apenas empecé a ejercer la profesión, como la residencia en INTA Balcarce y la docencia en la Facultad de Ciencias Veterinaria de Tandil, enriquecidas y modificadas por experiencias posteriores de interacción en empresas y con colegas. De a poco fue tomando forma lo que hoy es CONPAS, Consultores Pampeanos Asociados.

¿Cuál es para vos el principal desafío de trabajar en equipo?

RC: En la formación de equipos de trabajo, el desafío es lograr que sea realmente un equipo, que todos tiren del carro de la misma manera.
Para que eso sea posible, lo fundamental son las personas que lo forman.
Es importante la permanencia dentro del equipo, para lo cual es necesario ofrecer perspectivas de crecimiento profesional y económico a los nuevos miembros, dejando de lado cualquier forma de egoísmo por parte de los integrantes con mayor antigüedad.

En 9 de Julio. José Germán Luberriaga cuenta detalles del modelo de trabajo que llevan adelante.

¿Cómo funcionan dentro de la asociación?

RC: Un equipo de trabajo implica constante comunicación y organización de tareas en forma conjunta. En CONPAS hemos establecido normas claras para todos los puntos que pudieran ocasionar conflictos o discrepancias, que se encuentran escritos en lo que llamamos “El Estatuto”. Allí se detalla el sistema de funcionamiento orgánico, los derechos y obligaciones que son iguales para todos y válidas para futuros ingresantes.
Dentro del equipo compartimos no solo la responsabilidad de resolver problemas, sino principalmente las satisfacciones y logros.

¿Les ha traído beneficios esta forma de trabajar?

RC: Sí, por supuesto. Para poner algunos ejemplos, podemos manejar mayor número y diversidad de clientes. También, nos permite la atomización de clientes con menor impacto individual ante cesación de pagos o discontinuidad en la relación laboral. Y cuando necesitamos una licencia (salud, vacaciones, otros) tenemos quien cubra la demanda de los clientes, de manera de no afectar el servicio. Por otro lado, podemos ofrecer servicio en una amplia zona geográfica (todo el país).

José, tu sociedad con el MV Juan Ignacio Charaf en la dirección de la veterinaria Fortín Oeste ya tiene más de 10 años. ¿Qué creés que es lo más importante al momento de armar un proyecto comercial con un colega?
José Germán Luberriaga: Creo que cuando se inicia una sociedad es necesario llegar a puntos en común. Esos puntos en común hay que buscarlos y son de toda índole: técnicos, de valores, de usos y costumbres.
Cuando empezamos a trabajar juntos con Juan y con Manolo, leíamos mucho y lo poníamos en discusión para ponernos de acuerdo en los criterios, desde el punto de vista técnico, que luego íbamos a volcar hacia los clientes.

¿Qué enseñanzas podés compartir a partir de la experiencia?

JGL: Cuando empezamos a dividir las tareas dentro de la veterinaria, en algunos casos buscamos el perfil más “gauchito”, por ejemplo, para el trato con los proveedores. Con el tiempo nos dimos cuenta de que necesitábamos cambiar, reorganizarnos. Así empezamos a pensar la división de tareas en función, por ejemplo, de cuál de nosotros gestiona mejor, o tiene una mirada más a largo plazo del negocio.

¿Hay competencia interna?

JGL: Para que una sociedad funcione tiene que haber generosidad de cada una de las partes que la conforman. Es fundamental dejar los egos personales ya que en el trabajo no estamos viendo quién sabe más, sino cómo hacer para potenciarnos con nuestros conocimientos y habilidades personales y tratar de que una falencia de un socio sea cubierta por una habilidad de otro.

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