“Tenemos una veterinaria adentro y otra afuera…”
La llegada de una mayor liquidez al interior del país luego de las liquidaciones de los productos agrícolas aliviaría la deuda en la calle de los emprendimientos dedicados a grandes animales.
Luciano Aba
Si bien la cadena de pagos no llegó a cortarse, es sabido que las veterinarias son uno de los últimos eslabones de la cadena en cobrar por los servicios y productos que ofrecen a las ganaderías regionales.
“Históricamente hemos mantenido una veterinaria adentro y otras afuera”, solía decirnos un tradicional representante de la cadena comercial profesional al intentar graficar cuál era la deuda de los productores con estos comercios, en relación a los stocks que los mismos almacenaban.
Gestión de cobranzas,
una herramienta clave
Lógica o no, esta situación se sostiene en el tiempo.
De hecho, existen grandes veterinarias –ubicadas en distintas provincias- que aún hoy intentan cobrar deudas de fines de 2015.
Trazar una estrategia
A fin de mejorar la situación y comenzar a recuperar rápidamente el terreno perdido, se debe avanzar en una planificación clara para contactar a los deudores para que abonen las facturas atrasadas. ¿Y qué hacer si con esto solo no funciona? Por ejemplo y tal como resaltamos en la Revista 2+2 de abril (Ver recuadro), cada responsable de estos comercios deberá evaluar si se desea continuar trabajando o no en el futuro con ese cliente moroso.
“El éxito en cobrar está en relación directa con la insistencia que se ponga en la tarea y también en adecuarse para que el pago resulte algo “posible” para el deudor, considerando (junto con él) que la deuda es un hecho (ya consumado) y que resulta necesario encontrarle una solución en conjunto”, nos decía hace unos meses el administrador público y consultor, Carlos Coda, quien se detuvo en un detalle imposible de omitir en los tiempos que corren: “Es importante no olvidar que a veces tiene vital importancia la velocidad con que actúa el acreedor (cobra primero el que llega primero), por ello es recomendable la frecuencia en la comunicación y aportar cuentas conciliadas, precisas, y sencillas de verificar”.